Pamplona - El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pamplona ha desestimado la demanda interpuesta por Gorka Jiménez, fundador de Incita, contra CaixaBank, a la que solicitaba 30 millones de euros por la extinción del contrato que mantenía con Caja Navarra, decisión que supuso la insolvencia de la compañía.
El juez rechaza de pleno todos los argumentos esgrimidos por Jiménez, al que obliga asimismo a pagar las costas del proceso. Incita puede presentar apelación a la decisión del juez, que, tras una sentencia de 25 páginas, desmonta una por una las consideraciones de Gorka Jiménez, quien consideraba que había sido engañado y presionado para resolver el contrato. Incita era la proveedora de servicios informáticos de Caja Navarra y, tras efectuar la migración de datos de CaixaBank, dejó de prestar servicios a la entidad financiera, que era su principal cliente.
Así el juzgado rechaza la reintegración de la compañía, el entender que habían pasado más de dos años entre la resolución del contrato y el concurso de acreedores. Y del mismo modo rechaza que esta resolución del contrato sea considerada nula. Jiménez alegaba la existencia de dolo, al entender que había sido engañado cuando resolvió el contrato de Caja Navarra con la promesa de que pasaría a ser el proveedor de servicios informáticos de toda Banca Cívica. El juez cree que estos hechos “no han sido acreditados” y considera que el hecho de que finalmente CaixaBank se hiciera con el control de la entidad “no se podía prever” en el momento de la extinción del contrato. “No se aprecia ningún artificio ni ninguna maquinación”, dice la sentencia.
Del mismo modo, el tribunal rechaza que Gorka Jiménez fuese presionado o intimidado para resolver el contrato, al no haberse aportado testigo alguno en este sentido y no probar las grabaciones presentadas esta acusación. - J.A.M.