madrid - La autopista AP-1, que une la localidad burgalesa de Castañares con la de Armiñón (Álava), levanta hoy las barreras de forma que los conductores podrán circular por ella gratis tras 40 años pagando peajes por recorrer sus 84 kilómetros.
Se trata de la primera vía de alta capacidad de titularidad del Estado que pasa a ser gratuita una vez culminado el plazo de concesión, que en el caso de la AP-1 fue ampliado varias veces y que en la última revisión se fijó para las 24 horas del 30 de noviembre de 2018. La autopista es una ruta habitual, al pasar por Burgos, para trayectos Pamplona-Madrid.
Temporalmente se seguirá encargando del mantenimiento de la vía el grupo Ítinere, al que pertenece su concesionaria y al que le ha sido adjudicado el contrato por procedimiento de emergencia.
Ítinere, a la que subrogarán todos los trabajadores de las Europistas, se encargará de los trabajos de conservación mientras se tramita su adjudicación por el procedimiento habitual, algo que el Ministerio de Fomento prevé que no superará los seis meses.
Además, el Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto por el que se traspasa al País Vasco la titularidad de los últimos seis kilómetros de la autovía, que discurren por esa comunidad autónoma.
Adjudicada su construcción en 1974, el primer tramo de la AP-1 abrió al tráfico en febrero de 1978 y recorrerla en su totalidad suponía en la actualidad el pago de 12,25 euros para los vehículos ligeros y de entre 13,20 y 25,30 para los pesados.
Según los últimos datos publicados por Europistas, la autopista registró en 2016 un tráfico medio diario de 19.374 vehículos (16.090 turismos y motos y 3.284 camiones). La mayor parte del tráfico que utiliza la autopista es de largo recorrido, con marcado carácter estacional, un alto porcentaje de vehículos extranjeros y de vehículos pesados.
contradicción Su liberalización llega después de que el exministro de Fomento Íñigo de la Serna anunciara que no se prorrogaría ninguna de las concesiones de autopistas que estaban próximas a su vencimiento, como la AP-1 y la AP-4 y la AP-7, que finalizan en diciembre de 2019.
No obstante, nunca llegó a aclarar si dichas autopistas pasarían a ser gratuitas o si su explotación y mantenimiento sería licitado de nuevo bajo el sistema de peajes.
Su sucesor al frente de Fomento, José Luis Ábalos, aseguró que la intención del Ejecutivo era la de levantar los peajes en todas las autovías cuya concesión venciera durante la actual legislatura. Sobre la financiación de las infraestructuras viarias, Ábalos abogó porque se decida con el consenso de todas las formaciones.- Efe
Afectados por la N-1. La Plataforma de Afectados por la N-1 convocó diversos actos para esta pasada madrugada. Mediante una caravana de coches, conciertos y hasta una paella popular (hoy) fueron algunos de ellos con motivo del fin de los peajes. A las ocho y media de la tarde, se llevó a cabo una ofrenda floral en Briviesca en recuerdo de los fallecidos en el tramo entre Burgos y Miranda de Ebro. Después retiraron la pancarta que durante muchos meses ha reivindicado el final del peaje.
En el aire el futuro de varios trabajadores. La liberalización deja en el aire el futuro de varios trabajadores. El comité de empresa acordó un expediente de regulación de empleo para la plantilla de sus 111 trabajadores. 62 de ellos quedarían subrogados en el nuevo contrato de mantenimiento. Del resto, 44 (muchos de ellos trabajaban en las cabinas) se van a la calle esta misma noche.
Peligro de congestión. No todos celebran el fin del peaje en la AP-1. Seopán, la patronal de constructoras y concesionarias, advirtió de que, tras el fin del peaje, la intensidad media diaria de paso por la AP-1 se elevará el 36%, hasta los 27.000 vehículos, de los que el 30% serán camiones, lo que dificultaría mantener la seguridad mientras siguen las obras de construcción del tercer carril. La asociación estima que el coste directo para el Estado de quitar el peaje de la AP-1 será de 23 años por la pérdida del retorno fiscal.