Pamplona - En un año clave para el sector de la automoción tradicional, enfrentado a la mayor transformación tecnológica de su historia, el impulso local resulta imprescindible para acometer los retos globales. Navarra, con 13.000 empleos directos dependiendo de Volkswagen Navarra y el sector de los componentes, seguirá apostando por las ayudas fiscales para fomentar la compra del cada vez mayor número de modelos eléctricos que llegarán este año a los concesionarios de la Comunidad Foral.

El montante no es desdeñable, tal y como explicó ayer Martín Ibarra, director del Servicio de Transición Energética del Gobierno de Navarra, durante una jornada organizada ayer en la CEN por la Asociación Navarra de Concesionarios y Talleres de Reparación. Los incentivos suponen un 30% de deducción fiscal para el vehículo eléctrico, sobre una base máxima de 32.000 euros, lo que se traduce en una ayuda directa de hasta 9.600 euros. La medida tiene como objetivo hacer especialmente atractiva la compra del coche, teniendo en cuenta que el coste de los eléctricos que se están lanzando al mercado sigue siendo muy superior al de los vehículos de combustión. En el caso de los ciclomotores y triciclos, las ayudas llegan a los 1.500 euros. Se acercan a los 500 euros para las bicicletas eléctricas.

"Soy de los que cree que los navarros van a comprar tantos coches eléctricos como ayudas del Gobierno de Navarra existan", explicó Álvaro Miranda, director del área de Innovación y Proyectos Estratégicos de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, quien por su parte se mostraba convencido de la necesidad de cambiar el modelo energético y de transporte. "Con el CO2 lo que pasa es que es invisible. Si fuese un spray amarillo flotando en el aire andaríamos huyendo", dijo Miranda.

Miranda fue uno de los encargados de representar a las administraciones públicas en una jornada a la que acudió una importante representación de los concesionarios navarros, que expusieron sus dudas acerca del desarrollo y la efectividad de los puntos de recarga, hoy todavía escasos y en algunos casos inútiles. "Hay quien ocupa la plaza para aparcar en el centro de Pamplona", se quejaba uno de los asistentes".

A los actuales, en los próximos meses se irán incorporando nuevas instalaciones de recarga en Pamplona, tal y como explicó ayer Maribel Gómez, responsable de movilidad del Ayuntamiento de Pamplona, quien señaló que, a los actuales (16 postes de recarga entre públicos y privados) se añadirán durante el próximo año entre 20 y 30 nuevas instalaciones, cuya licitación se encuentra sin embargo pendiente. Estas nuevas infraestructuras vendrían a paliar la actual carencia y pero que serían apenas un pasito en la dirección que marca la Unión Europea, que aspira a que los coches de combustión sean prácticamente historia en el año 2040. Gómez explicó que el Ayuntamiento de Pamplona estudia también la instalación de una fotolinera (con puesto de carga alimentado por placas solares) que se ubicaría "en una zona céntrica" de la ciudad que, según reconoció, se encuentra a la espera de saber si tendrá que aplicar a partir de 2022 o 2023 una zona de cero emisiones. Una decisión que transformaría el modo de entender la movilidad en el centro de la ciudad.

carga en casa "No por haber más postes de recarga habrá más coches", explicaba Álvaro Miranda, quien recordaba que el verdadero desarrollo del coche eléctrico llegará con la instalación de puntos de recarga en los garajes particulares de los edificios. "Los estudios dicen precisamente eso, que el coche pasará a ser un electrodoméstico más de la casa".

El coste de estos postes de recarga, de unos 1.500 euros por término medio, varía también un función de la ubicación exacta de la plaza de garaje, si bien el acuerdo entre instaladores como Iberdrola y marcas de automóviles "permite adquirirlo conjuntamente con la compra de un vehículo", explicaba Carlos Sagüés, presidente de la Asociación de Talleres Concesionarios de Navarra. Con un límite de ayudas de 100.000 euros por destinatario último y convocatoria, las ayudas permiten subvencionar hasta el 40% del coste de la instalación a particulares y comunidades de vecinos.

La otra pata de la movilidad, la del transporte público, sigue su propio camino de transformación. La línea 9, que atraviesa Pamplona de sur a norte y conecta la Universidad Pública con la estación de tren, se encuentra completamente electrificada. "Ha costado 3,2 millones de euros", explicó Miranda, quien señaló que el futuro de los autobuses de la comarca será el gas "y el bioetanol cuando se haga la planta de residuos".