- La bonificación al 100% del Impuesto de Patrimonio por parte de Madrid ha reforzado la capacidad de atracción de la capital. Y la imposición de un impuesto que grave a las personas físicas, como el de la riqueza, requería de la fijación de unos mínimos estatales claros, que impidan que un simple cambio de domicilio baste para eludir el pago del tributo.

De hecho, es en la comunidad madrileña donde existe un mayor preocupación ante el planteamiento de Podemos. Su puesta en marcha podría suponer el regreso de algunos contribuyentes a sus lugares originales de residencia o su salida incluso hacia países cercanos donde no tengan que pagar este impuesto.

Francia, que cuenta con un impuesto centrado sobre todo en las propiedades inmobiliarias, no se trata de un destino amable fiscalmente, si bien la diferencia se ha reducido en los últimos años. El mayor riesgo, alertan los fiscalistas, llegaría desde Portugal, que no cuenta con un impuesto específico que grave la riqueza y que podría convertirse en una alternativa sobre todo para las fortunas más elevadas.

En Navarra, apenas 132 declarantes presentan una base imponible superior a los diez millones de euros, la que sufriría un mayor impacto. Los primeros movimientos dentro de los grandes patrimonios ya se están produciendo: buscan reducir la factura elevando, por ejemplo, su participación en empresas, eliminando sociedades intermedias y optimizando toda su estructura patrimonial.