Más dual que nunca, el mercado de trabajo que saldrá de la pandemia añadirá nuevas formas a la precariedad sin haber corregido las antiguas. La temporalidad, uno de los indicadores clásicos, cerrará seguramente 2020 en máximos, de nuevo con Navarra por encima de la media del Estado y como una de las causas principales que explica el comportamiento de los costes laborales y de despido. Rescindir un contrato es en Navarra algo más barato que la media estatal.

Un informe publicado por el Ministerio de Trabajo analiza la indemnización media que cobraron los trabajadores que fueron despedidos en 2018, un periodo de recuperación del mercado de trabajo e intensa creación de empleo. Durante este ejercicio, Trabajo constató 6.641 despidos, de los que 3.155 eran indefinidos o fijos discontinuos.

La compensación media cobrada por estos trabajadores ascendió a apenas 9.175 euros, unos 900 euros menos que en la Comunidad Autónoma Vasca, 2.500 euros menos que en Catalunya y 5.700 euros menos que en Madrid. Incluso en Aragón, territorio donde los salarios son claramente inferiores a Navarra, la percepción media por las indemnizaciones fue superior en casi 1.200 euros.

La explicación hay que buscarla en el peso de la contratación temporal, que en Navarra se ha mantenido en los últimos años algo más alto que en las comunidades comparables. Y que, en el tercer trimestre de 2020, supera el 27%, seis puntos por encima de la CAV, tres puntos más que la media nacional y ocho puntos más que en Madrid, donde el peso del empleo público y de las grandes compañías se combina para ofrecer un mayor volumen de empleo estable.

El mayor peso de la contratación temporal en Navarra respecto a otros territorios se explica, en parte, por la composición de su tejido productivo. El peso de las campañas agrarias y de la industria agroalimentaria, por ejemplo,contribuye a allo. Pero también otras empresas mantienen una población flotante de eventuales de la que va echando mano por temporadas en función de distintas necesidades.

El caso más relevante es el de Volkswagen Navarra, que durante los últimos cuatro meses del año elevó sus ritmos de producción hasta saturar las campas de almacenamiento y que, ahora, con del mercado alemán seco, tiene abierto un ERTE para su plantilla estructural. Cada trabajador eventual cobra sensiblemente menos que uno fijo -hasta un 60%- con lo que el impacto en los costes de fabricación resulta de este modo sensible.

A la diferencia de salarios, generalizada mediante la introducción de dobles escalas salariales en las empresas, se añade la diferencia todavía más sustancial que perciben los trabajadores en función de su tipo de contrato. Así, la indemnización que cobraron en Navarra los trabajadores fijos a tiempo completo alcanzó los 19.921 euros, la tercera más elevada de entre todas las comunidades, frente a los 1.495 euros de los trabajadores temporales a tiempo completo, la cuarta más alta de toda España.

En banca, 20 veces más indemnización que en hostelería

Pocos sectores como la banca han afrontando tantos ERE en los últimos diez años. Pero pocos trabajadores, por no decir ninguno, ha salido en mejores condiciones que los del sector financiero. La banca, con contadas excepciones, es el sector que mejor paga y también el que mejor indemniza. Un despedido en el sector financiero recibe, por término medio, 20 veces más dinero que un despedido en la hostelería.

Según los datos del Ministerio de Trabajo, un despedido en el sector financiero percibió 51.200 euros al salir de la empresa, mientras que en la hostelería apenas superaba los 2.470 euros. Agricultura, construcción y educación son las actividades que indemnizan en menor cuantía, en buena medida por el peso de la contratación eventual, mientras que Información y comunicaciones (unos 19.000 euros) y la Industria manufacturera se sitúan en el extremo contrario, si bien lejos de la banca.

Es la primera vez el Ministerio de Trabajo analizar de este modo los costes comparados del despido, cuya rebaja ha sido uno de los objetivos continuos de las sucesivas reformas laborales. Así, ya en 2010, con el PSOE en el Gobierno, se redujo a 33 días de salario por año trabajado la indemnización por despido improcedente para las nuevas contrataciones indefinidas. En paralelo, se elevó de manera gradual de ocho a 12 días por año trabajado, la indemnización por despido para los contratos temporales. La reforma de 2012 amplió las caudas para aplicar el despido por causas objetivas.