José María Martínez, agricultor por vocación y presidente de la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN), siempre ha vivido en Tudela. Casado y con una hija, ha estado vinculado al campo desde pequeño. "El cooperativismo es un sentimiento", recuerda José María, de 59 años. Sus abuelas Vitorina y Nemesia vendían productos de la huerta en los puestos de la plaza. "No se necesitaban muchas hectáreas para vivir y el consumidor compraba los alimentos de cada estación. Debemos volver a esa manera de comer: el melocotón y el tomate en verano; las fresas en primavera o el cardo en invierno. El concepto de la huerta a la mesa ya existía hace 60 años. De esta manera lograríamos rentabilidad", aclara. José Mª Martínez forma parte de la Cooperativa San Isidro Labrador de Tudela, con algo más de 50 socios, volcada en el cereal, hortalizas y frutas. Esta es una de las 126 que se distribuyen por la geografía navarra y que están asociadas a UCAN. Suman 2.049 personas empleadas de forma directa; y más de 19.000 socios agricultores y ganaderos.

José María Martínez

José María Martínez

¿Qué supone una cooperativa para un pueblo?

-En muchas localidades, el principal pulmón económico. Generan empleo, arraigo al territorio y riqueza. Pero existe una gran competencia en el mercado y debemos trabajar para ser rentables y competitivos. Por ejemplo, en una ocasión decidimos instalar una línea de cogollos en la cooperativa, pero tuvimos que desistir porque si necesitábamos 60 días para su elaboración, en Murcia requerían 30. En mi caso, dedicaba parte de la tierra a la recolección de fruta, pero ya he desistido por la alta competencia.

¿Cómo han vivido las 126 cooperativas el año de pandemia?

-Con una gran incertidumbre, pero hemos seguido elaborando alimentos para la población.

¿Cómo afrontan 2021?

-Va a ser de transición, porque no pasamos de cero a cien en un minuto. El canal Horeca se encuentra parado y eso nos va a afectar. Debemos reeducar al consumidor y que aprecia la calidad por encima del precio.

Estaba pendiente el segundo plan de cooperativas negociado con el Gobierno de Navarra. ¿Cómo va?

-Estamos trabajando en su desarrollo, aunque ahora se había paralizado por todo lo que ha ocurrido en el departamento de Desarrollo Económico y Empresarial. Este plan persigue contar con un sector cooperativo más eficiente, y para ello debemos aprovechar las sinergias, asegurar el relevo generacional, afrontar prejubilaciones de personal, formar a las nuevas incorporaciones, y disponer de apoyo económico. En ningún momento queremos cerrar cooperativas, sino compartir intereses. Por ejemplo, podemos estudiar la posibilidad de que un mismo gerente pueda administrar varias cooperativas, además de otras cuestiones. Las 126 cooperativas deben comprender que el espíritu de este plan se basa en la concentración para que todos obtengamos beneficios.

¿Por qué hay despoblamiento?

-Entre todos hemos contribuido a la despoblación, y la Administración también tiene parte de culpa al concentrar en exceso los servicios en poblaciones de mayor tamaño. Con esta política de ahorro de recursos, los núcleos rurales van desapareciendo. Los jóvenes reclaman colegios, guarderías, un servicio médico digno, comercios, bares, centros de ocio... Pero si la Administración suprime servicios públicos en los pueblos, fomenta la migración. Antes contábamos con las cinco cabezas de merindad, ¿pero qué está ocurriendo con Sangüesa? No le beneficia estar a quince minutos de Pamplona. Estella se está despoblando y estoy convencido de que Tudela es lo que es por los pueblos que le rodean, como Ribaforada, Murchante...

Esto requiere de presupuesto.

-No, primero hace falta querer para luego invertir ese dinero. Los habitantes de un pueblo reclaman un bar, un centro social, servicios sociales, lugares de ocio...

¿La gente mayor puede envejecer de manera digna en el pueblo?

-A veces no resulta sencillo porque no disponen de los servicios básicos que necesitan. Estas personas no suelen querer salir de su localidad, pero se ven obligadas por carecer de esa atención. El sector del cuidado tiene una oportunidad en el mundo rural para generar empleos y cubrir la demanda de las personas que quieren envejecer en sus pueblos. En Castilla y León, un propietario puso a disposición de la cooperativa sus tierras para que las gestionara en vez de subastarlas, y con el beneficio que se obtenía, se invertía en servicios para la localidad.

¿El relevo generacional es posible?

-Está complicado pero debemos trabajar para lograr asentar a nuestros jóvenes en los pueblos. Para ello, desde hace varios años UCAN organiza el campus de jóvenes cooperativistas, un espacio que facilita compartir realidades, conocer las particularidades de cada pueblo y ayudar a que uno de la Ribera se vea reflejado con uno de la Montaña, por ejemplo. Debemos aportar ilusión y apoyo para que jóvenes y mujeres apuesten por el mundo rural. Hay que organizar charlas en institutos y universidades para convencer al alumnado cuyo perfil se adecua al sector de que tiene oportunidades en el mundo rural, como ingenieros, etc.

¿Qué necesita un joven para trabaje en el sector primario?

-Primero le debe gustar esta profesión, porque tiene mucho de vocación, con un horario y un tiempo de trabajo que uno mismo se lo gestiona, sin depender de nadie. Además debe contar con apoyo público, y un montante importante para invertir. Una persona puede vivir de la pequeña agricultura, pero no todos podemos sostener nuestros negocios en el sector con ese tipo de modelo. En definitiva, debemos mostrar a los jóvenes que la agricultura y la ganadería, que se están digitalizando, son rentables antes de que emprendan en esta actividad.

Diferentes informes muestran la masculinización del mundo rural, ¿qué pueden hacer las cooperativas para que las mujeres trabajan en ellas?

-Involucrar a las mujeres en los órganos de dirección de las cooperativas, y en UCAN ya hemos dado este paso. Estamos dispuestos a contar con ellas y modificar hábitos y horarios si resulta necesario. Y también los jóvenes deben asumir este tipo de cargos.

¿Es caro adquirir una vivienda en un pueblo?

-Sí, porque a nada que quieras los inmuebles cuentan con una superficie mayor que en la ciudad.

¿El Canal de Navarra favorecerá el arraigo en el territorio?

-Sí, y ya estamos perdiendo bastantes años. Pero yo recalcaría sobre todo que el Canal traerá agua de boca de calidad, ya que resulta esencial para la ciudadanía. Actualmente, la calidad de agua de la Ribera es penosa.