La factura energética de Navarra, lo que la comunidad destina a pagar el modo en que se mueve, se calienta y se enfría, rozaba se aproximó en 2019 a los 2.000 millones de euros. Y encara los últimos meses de 2021, en un periodo ya de recuperación económica, con los precios del petróleo en máximos de 2018 y el gas encarecido a las puertas del invierno.

De hecho, la factura se ha seguido encareciendo a lo largo de la última década. Y ha pasado de 1.670 millones de euros en 2009 a los 1.901 millones de euros que contabiliza el Balance Energético de Navarra en 2019. "Destinamos el 9% de nuestro PIB a ello", ha destacado Uxue Itoiz, directora general de Industria, Energía y Proyectos Estratégicos durante la segunda y última jornada del congreso de la industria de las renovables, que ha sido clausurado por Mikel Irujo.

Itoiz ha recordado que Navarra afronta el reto de descarbonizar su economía por completo en 2050 y divisa ya los objetivos de 2030, para cuando deberá haber electrificado en torno al 30% de su consumo energético para movilidad. El transporte supone entre el 30 y el 40% de las emisiones totales de CO2 a la atmósfera.

La tecnología ya existe

El consejero de Desarrollo Económico y Empresarial, Mikel Irujo, ha remarcado esta tarde, en su participación en la clausura del segundo Congreso Internacional de la Industria para la Transición Ecológica (CITE), que "por primera vez la tecnología nos ofrece la posibilidad de realizar una transición ecológica eficiente desde el punto de vista económico".

El consejero ha recordado además que "los fondos Next Generation EU deben ayudar a acelerar la transformación ecológica, al menos un 37% de los mismos debe invertirse en este fin". "Si tenemos en cuenta que la industria renovable es uno de los sectores estratégicos de la S3 de Navarra, puesto que ocupa a más de 7.000 personas y supone un 5% de nuestro PIB, tenemos en la mesa todos los ingredientes para poder afrontar en buena posición el enorme reto de esta transformación verde", ha añadido Irujo.

En su intervención ha recordado además que Navarra fue pionera en implementación de renovables, aunque, según datos del Balance Energético de Navarra, del consumo total energético tan solo el 21,1% de la energía primaria es de origen renovable, siendo el restante 78.9% fósil, principalmente derivados del petróleo (41%), gas (34%) y, en menor medida, carbón (4%).

Navarra, plan y ley propia

Para conseguir los objetivos marcados en la Agenda 2030, Navarra aprobó en 2018 un Plan Energético, y contará en breve con una Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética, que está ya en tramitación en el Parlamento. Este Plan se ha marcado como objetivos: actuar contra el cambio climático disminuyendo las emisiones de CO2, avanzar hacia un mix energético que incorpore una reducción muy significativa de la energía proveniente de combustibles fósiles, garantizar la seguridad de suministro y reducir pobreza energética, y ser líderes en innovación en energía renovable.

Además, el Plan Energético de Navarra Horizonte 2030 establece un Plan de Autoconsumo y Acumulación Energética entre cuyas acciones destacan las deducciones fiscales de hasta el 30% a proyectos de inversión de autoconsumo con energías renovables, y las ayudas, que alcanzarán los 12 millones de euros con fondos NGEU. No obstante, a pesar de su incremento, el autoconsumo apenas representa un 0,5% del total de la electricidad consumida en Navarra.