Si tiene un plan de pensiones con su banco, lo más probable es que no esté ganando dinero. Que su ahorro, que le ha permitido eso sí beneficiarse de una cierta desgravación fiscal, haya perdido valor si se compara con la inflación y que su rentabilidad haya quedado muy por debajo de la que ofrecen los bonos del Estado español a 15 años, el instrumento más seguro del mercado. Algo mejor le habrá ido a su entidad financiera, que habrá ingresado dinero, en torno al 1% del plan, gracias a las comisiones bancarias. 

Son algunas de las conclusiones del informe sobre rentabilidad de los planes de pensiones que todos los años actualiza Pablo Fernández, profesor del IESE, que anima a los ciudadanos a ahorrar a largo plazo, pero que cuestiona las ayudas fiscales que recibe este producto financiero concreto. En el caso de Navarra, los beneficios fiscales acumulados en la última década ascienden a 387,01 millones de euros. Solo en el último ejercicio, el presupuesto del Gobierno de Navarra incluye desgravaciones por valor de 17,22 millones de euros. 

Se trata, es cierto, de la cifra más reducida de la serie histórica. Las reformas aprobadas en 2020 y 2022 en el Estado limitaron a 1.500 euros anuales la cifra máxima que un contribuyente puede aportar a un plan de pensiones (el límite anterior se encontraba en 8.000, con una desgravación de hasta 5.000 euros para los mayores de 50 años). Esta regulación ha dejado en la mitad (de 34,04 millones a 17,22) los beneficios fiscales que se aplican en Navarra y que ya iban descendiendo desde 2015, cuando alcanzaron los 42,6 millones de euros. 

Los nuevos fondos de pensiones de empleo de promoción pública (FPEPP), cuyo marco legal fue aprobado ya el año pasado son el instrumento que quiere lanzar el Gobierno central este mismo otoño para convertirse en un instrumento de previsión social complementaria. Se trata de una fórmula impulsada por el ministro Escrivá para promover los planes de pensiones de empleo o colectivos, frente a los individuales, los más habituales. Los primeros se han desarrollado poco y solo entre grandes empresas y Administraciones. Con los FPEPP se pretende que la figura llegue a más gente, sobre todo a autónomos y a trabajadores de pymes

El objetivo declarado de las desgravaciones fiscales era fomentar el ahorro a largo plazo, pero no parece que los resultados y la rentabilidad la justifiquen. “¿Por qué el estado no permite a los futuros pensionistas que inviertan por su cuenta las mismas ventajas fiscales que invierten en fondos?”, se pregunta Pablo Fernández, que ha analizado el comportamiento de los 397 fondos de pensiones que tienen ya más de 15 años de historia. De ellos, 276 fondos consiguieron batir al Ibex 35, que ha vivido el peor periodo de su historia, con una rentabilidad anual de solo el 0,5%. Solo 12 fondos, sin embargo, han logrado batir a los bonos del estado a 15 años (4,4%) y apenas 3 superaron la rentabilidad del S&P 500, que fue del 8,8%. 47 de los 397 fondos (más de uno de cada diez) han perdido directamente dinero y presentaban a cierre de 2022 rentabilidad negativa. 

Altas comisiones, ingresos para la banca

El documento analiza también las comisiones que ingresaron los bancos en el momento de suscribirse los fondos y que ascendían a 1.050 millones de euros en 2007 y 1.013 millones en 2008. Estas elevadas comisiones “explican solo parcialmente la pobre rentabilidad de los planes de pensiones”, señala el informe, quien atribuye también los datos a la distribución de la cartera de inversión, los fondos menos diversificados geográficamente y más concentrados en España lograron un peor resultado, y a la gestión activa. “Pero con los datos que proporcionan los fondos es imposible saber si la gestión activa ha generado valor para sus partícipes”.  

En Navarra, los partícipes de planes de pensiones superan los 100.000, según los datos del Observatorio de Inverco, en torno al 16% de la población navarra. Su patrimonio en este producto se acerca a los 1.800 millones de euros, lo que supone en torno al 9% del PIB, una cifra que queda muy lejos de Países Bajos (171% del PIB) o de Reino Unido (105%), pero también de la de Francia, donde este producto apenas tiene implantación y representa el 0,7% del total