La economía navarra crece con vigor y con casi todos sus motores encendidos. Y lo hace a mayor ritmo del que había calculado hasta el momento el Instituto de Estadística de Navarra (Nastat). En el segundo trimestre avanzó ocho décimas, una más de la estimada inicialmente, con lo que el crecimiento anual se estira hasta el 2,6%, frente al 2,5% anunciado en un principio.

El dato queda por debajo del 3,1% del conjunto de España. Un menor dinamismo que obedece fundamentalmente al peor comportamiento del sector exterior, que resta una décima al crecimiento total. Las exportaciones de bienes y servicios avanzan apenas un 0,4%, lastradas en parte por el mal momento de Alemania, el segundo socio comercial de Navarra, y por las dificultades de la automoción. El fuerte componente industrial de Navarra, una garantía en momentos de dificultad, juega ahora en contra de la Comunidad Foral, que en todo caso logra crecer ocho décimas más que la CAV en el último año.

Todos los sectores están contribuyendo al crecimiento. Los servicios de mercado lo hacen al mayor ritmo (un 3%) en el último año, pero también avanzan por encima del 2% la industria (2,4%) y la construcción (2,3%). Agricultura y ganadería muestran el perfil más plano, con un alza de medio punto respecto a al segundo trimestre de 2023.

Desde la óptica de la demanda, los datos muestran también un crecimiento intenso a casi todos los niveles. El gasto de los hogares muestra el buen momento del empleo y también una incipiente recuperación del poder adquisitivo de los salarios: crece un 3,4% en el último año, dos décimas más que en el primer trimestre del año. Más moderado es el crecimiento del gasto público (1,9%), pero muestran un muy buen tono tanto la inversión en bienes de equipo (2,4%) como en construcción (2,2%).

Esta combinación de factores propicia un escenario de crecimiento relativamente intenso, que supera con claridad las previsiones hechas hasta el momento. Si a finales de 2023 se preveía un avance del 1,4% para el conjunto de este año, a comienzos de verano la estimación de Laboral Kutxa había crecido ya hasta el 2,1%. En función de los datos que se vayan conociendo en las próximas semanas no es descartable un nuevo cambio. Sobre todo si los precios del petróleo siguen a la baja y los tipos de interés vuelven a aplanarse.

De momento, los indicadores que han aparecido en el tercer trimestre son moderadamente optimistas. El empleo parece haberse estabilizado durante el verano, un periodo habitualmente plano en Navarra. La producción industrial de julio creció con suavidad, pero tanto los datos del comercio como de la hostelería y, en definitiva, del conjunto del sector servicios son buenos o muy buenos.