Los hermanos Vicente y Ángel Redín Ayechu han cubierto infinidad de veces el trayecto entre Navascués y su granja de ovino, junto al río Salazar. En estos 40 años de pastores no han acostumbrado a recibir en sus instalaciones a medio centenar de personas del sector primario para escuchar su relato, como ha ocurrido este martes.

En la entrada de acceso a la nave donde cobijan el rebaño, un panel informativo, preparado por la sociedad pública Intia y el Gobierno foral, ha explicado las características de este negocio familiar: 300 ovejas de raza autóctona de Navarra, comercialización de cordero a través de la cooperativa y cultivo de cereal de secano y regadío, además de pastos.

Vicente, de 68 años, y Ángel, de 66, han dado la bienvenida a esta visita inusual, procedente de Lumbier que ha participado en la presentación del programa Lurberri de relevo generacional.

Con un micrófono en la mano y un guion escrito, el pequeño de los hermanos ha contado la historia de estos dos pastores "orgullosos" de su profesión y que han contribuido a que el consumidor deguste el Cordero de Navarra con su Indicación Geográfica Protegida (IGP).

Aurelio y Rosa

Vicente y Ángel representan la quinta generación de ganaderos, el tercer hermano Isidro ha ayudado en la explotación, pero desarrolló su trayectoria laboral en Pamplona. En un principio, solo Vicente iba a continuar con la actividad familiar y Ángel iba a ejercer de electricista, oficio en el que se había formado en Lumbier y en Pamplona. Incluso fundó con otros jóvenes una empresa. Pero se dio cuenta de que esa profesión no se adecuaba a sus aspiraciones y cambió de rumbo con 28 años. Quería ser pastor como su hermano Vicente.

Así que ambos recogieron el testigo de su padre Aurelio Redín, oriundo de Navascués, que se casó con Rosa Ayechu, originaria de Elcoaz (Urraul Alto) y también con tradición ganadera. Coincide que el actual presidente de la IGP Cordero de Navarra, Javier Ayechu, es primo.

Cuando su progenitor Aurelio -apasionado del ganado- se jubiló, el rebaño sumaba unas 300 cabezas, y sus perspectivas de crecimiento pasaban por duplicar ese número. "Alcanzamos las 700, pero ahora nuevamente nos movemos por las 300", ha remarcado Ángel, que también ejerció de alcalde y vicepresidente del concejo en su juventud. "En aquellos años también entramos en amores. Recuerdo que fue una etapa intensa pero bonita", ha rememorado.

Vicente Redín Ayechu atiende a los jóvenes de la escuela agraria, durante la visita. Patxi Cascante

Vicente y Ángel afrontaron un plan de mejora del negocio entre 1994 y 1995, al mismo tiempo que ambos debían conciliar. El primero cuidaba en casa a cuatro personas mayores, y el segundo tuvo dos hijos que pasaron horas y horas en la nave con el rebaño, porque "la mujer también trabajaba", ha puntualizado. "El corral fue su guardería", ha mencionado en tono distendido. "En marzo y abril, los pequeños se bañaban en el río, con el agua helada, pero aguantaban", ha seguido relatando, ante la sonrisa de los presentes.

¿Y ahora qué...?

Están orgullosos del producto que han distribuido al mercado durante estas décadas, pero ahora han dejado de reponer cabezas de ganado al cumplir la edad de jubilación sin relevo generacional.

Pero en este momento de su historia, la sociedad pública Intia y el departamento de Desarrollo Rural han llegado a la granja con el programa Lurberri para favorecer que alguna persona joven se interese por este negocio. Si eso no ocurre, los hermanos Redín cerrarán aproximadamente en un año o algo más, aunque no lo deseen.

La iniciativa del Gobierno les ha generado la esperanza de que surja algún joven que aspire a pastor.

Por eso, este martes Ángel ha aprovechado la ocasión ante la presencia de jóvenes para exponer las ventajas que ofrece esta granja viable: las instalaciones no requieren de inversiones altas, dispone de tierra para sembrar y con ello alimentar al ganado, y hay comunal para pasto con agua -"esto último algo fundamental", ha especificado-. "No hay imagen más triste que la de un monte sin animales", ha descrito.

Ángel ha seguido animando a los futuros ganaderos que le escuchaban incidiendo en el precio. "Tras el Brexit, ha aumentado el consumo de nuestra carne, y ahora el valor de un cordero equivale a la venta de tres antes", ha detallado.

Por último ha repetido un mensaje: "El mundo rural merece la pena. Si nosotros hemos salido hacia adelante, vosotros también podéis al tener más capacidad y formación. ¡Los pueblos parecen un geriátrico y eso lo podéis cambiar!".