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Navarra, a dos velocidades: solo Pamplona y Tudela tiran del empleo

Casi la mitad de los municipios destruyó empleo durante el año pasado, una amenaza para el equilibrio territorial. El envejecimiento lastra al norte de la Comunidad Foral, con Sakana, Estella, Tafalla y Olite, estancadas

Navarra, a dos velocidades: solo Pamplona y Tudela tiran del empleoD.N.

La foto del empleo de los últimos 12 meses deja más luces que sombras en Navarra. Pero lo matices van por pueblos. Porque 2024 ha permitido, ciertamente, que se superen cifras históricas de afiliados a la Seguridad Social, pero también ha profundizado en los desequilibrios territoriales de la comunidad, con un actividad cada vez más concentrada en la Comarca de Pamplona y algunas zonas sufriendo ya de forma crónica para mantener niveles de empleo que permitan anclar población y sostener sus niveles de vida.

El año pasado, solo cuatro de cada diez localidades de Navarra crearon empleo; casi la mitad lo destruyó. Un balance agridulce, producto de la coyuntura, sí, pero también de una tendencia de fondo a la que nadie escapa. La concentración de población genera actividad y puestos de trabajo.

En números exactos, 119 localidades fueron capaces de crear empleo, con Pamplona, por supuesto, a la cabeza. Las empresas ubicadas en la capital añadieron 2.488 trabajadores a su plantilla, casi el 55% del total. Otros 25 pueblos navarros, la mayor parte de pequeño tamaño, no variaron sus cifras de ocupación. Y, finalmente, 127 municipios más vieron cómo sus empresas recortaban el empleo total. Y la mayor parte del empleo neto generado, casi un 85%, se asentó en la Comarca de Pamplona, en una proporción muy superior a la del reparto poblacional y a la que venía siendo habitual en los últimos años. 

El eco de los cañones y el gas ruso

2024 no ha sido sin embargo un ejercicio cualquiera. En los últimos 12 meses, Navarra ha creado empleo con menos intensidad que la media española, en buena medida por su superior exposición a dos mercados (Francia y, sobre todo, Alemania) que crecen poco o, directamente, se encuentran en recesión. La situación del gigante germano es sin duda la que más preocupa. Sus grandes empresas, antaño dominadoras en medio mundo, están viendo cómo competidores asiáticos les roban cuota de mercado. Y el encarecimiento del gas, a raíz de la invasión de Ucrania, ha terminado por asfixiar a muchas empresas.

Todo ello se ha sentido en el tejido empresarial de Navarra, comunidad con un 31% de PIB industrial y donde las manufacturas emplean a 24 de cada cien ocupados. Una pérdida de dinamismo industrial ase deja sentir en casi toda la economía de la comunidad. Y, pese a ello, la industria navarra se las ingenió para crear casi un millar de nuevos puestos de trabajo. 

Un 40% del total tuvo que ver con las actividades agroindustriales, con especial relevancia en el sur de la Comunidad Foral y cuyo dinamismo les ha permitido superar ya los 16.000 puestos de trabajo, casi 400 más que hace solo 12 meses. Tudela, Fontellas, Buñuel, Corella, Cintruénigo, Fitero, Cadreita, Valtierra, Arguedas, Azagra y Funes son algunos de los municipios que mejor han resistido en el último año, con incrementos en la nómina de ocupados. En los últimos cinco años, el crecimiento en el empleo en la zona ha sido muy relevante: solo Lodosa, Mendavia y Cortes han visto cómo se reducían sus niveles de ocupación.

En 2024 los avances han sido, en general, mucho más modestos. Y se han visto sujetados asimismo por el empuje continuo de la construcción, que ha sumado otros 407 nuevos ocupados. Esta actividad, que cuenta con todos los ingredientes para seguir creciendo en los próximos años, se halla repartida por buena parte del territorio y ronda ya los 18.400 ocupados, la cifra más elevada desde el año 2012. 

Un alza que arrancó en 2014-2015 y que ha continuado en los últimos cinco años. Un periodo que deja al norte de Navarra como el gran perdedor en la carrera por el empleo. Envejecimiento, declive de industrias tradicionales y escasa población se combinan para ir reduciendo el número de municipios capaces de crear empleo. En esta zona, solo Lekunberri y Bera han sido capaces de crecer con fuerza.

La Ribera se convierte así, al margen de la Comarca de Pamplona en la única comarca que es capaz de mantener un crecimiento aceptable, 2024 solo ha profundizado algunas dinámicas peligrosas para el equilibrio territorial. Tafalla y Olite, lejos de levantar cabeza, han perdido empleo con claridad en 2024, confirmando sus dificultades para absorber actividad. Al sur, Peralta ha crecido con cierta fuerza en los últimos años, de la mano de empresas como Azkoyen y Jofemar. En 2024, sin embargo, ha cortado su buena racha y se ha dejado una veintena de empleos. 

No ha sido el único lugar donde la debilidad de la industria del metal (apenas 95 empleos nuevos en un año) se ha dejado notar. Sufre Sakana, con Alsasua, Lakuntza y Etxarri Aranatz perdiendo cerca de 200 ocupados, y sigue sufriendo todo el noroeste de Navarra, especialmente envejecido y donde las empresas que un día ocupaban a cientos de personas se mantienen hoy con plantillas mucho más escuetas. Solo Bera, pegada a la muga, con actividad logística y con suelo suficiente, fue capaz de ganar empleo de forma clara en 2024. 

La geografía importa

Ubicarse junto a centros de población supone casi siempre una oportunidad. A casi 150 kilómetros por carretera de de Bera, Viana es otro de los municipios que crece casi todos los años, al aprovechar su proximidad a Logroño. También en 2024 fue capaz de sumar medio centenar de nuevos puestos de trabajo. 

El año no ha resultado sencillo para el resto de cabezas de merindad. No solo por falta de vigor económico, sino por el propio envejecimiento de la población, Estella ha visto cómo el número de trabajadores en sus empresas descendía levemente (32 ocupados menos), al igual que sucedía en Sangüesa, con 14 trabajadores menos que en 2023. Incluso Lumbier, el polo de actividad que más ha crecido en los últimos años, se ha dejado 17 empleos en 2024. 

La pujanza de su polígono, aunque no ha servido para elevar el número de habitantes, ha insuflado algo de aire a toda la zona, bien comunicada con Pamplona y a la espera de que la conclusión de la autovía de Huesca le permita reforzarse aún más. Más al norte, en el Pirineo, 2024 apenas ha dejado novedades. El valle de Roncal pierde otros diez ocupados y Salazar, algo más dinámico: gana una decena. 

Alsasua, una sangría; Aoiz, a la espera

La mala coyuntura industrial y el fiasco del proyecto de Sunsundegui con Volvo han dejado una sangría de empleo en Alsasua que amenaza con acelerarse en 2025, si se concreta la quiebra definitiva de la histórica carrocera de autobuses. En cinco años, el municipio más relevante de Sakana ha destruido 75 puestos de trabajo. 

Tras el cierre de Gamesa, Aoiz no ha recuperado sus antiguos niveles de ocupación. Y la renuncia de Flamasats a instalarse en las naves que había adquirido han dejado una sensación de año perdido o de transición para la actividad económica de un municipio clave para el empleo del norte de Navarra. Cuenta con 800 personas, 12 más que hace un año, pero lejos del millar que había en 2019. 

Los 'milagros' de Sesma y Barasoain

La presencia de Ingeteam ha permitido a Sesma crear 164 puestos de trabajo en el último lustro. La empresa tecnológica cuenta con una planta de fabricación que ha ido creciendo en los últimos años. En 2024, Sesma frenó su crecimiento con solo dos nuevos puestos de trabajo. 

A medio camino entre Pamplona y Tafalla, Barasoain ha ido creciendo de la mano de Nordex y ahora, en menor medida, de Viguetas Navarra, que apuesta por sus instalaciones junto a la autopista para ampliar su fábrica de prefabricados de hormigón.

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