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Volkswagen de Navarra cambia su estrategia eléctrica: apuesta por los híbridos para alargar la combustión

La multinacional está decidida a lanzar versiones híbridas no enchufables del T-Cross y el Taigo para prolongar durante más tiempo, al menos hasta 2031, la fabricación de coches de gasolina

Volkswagen de Navarra cambia su estrategia eléctrica: apuesta por los híbridos para alargar la combustiónArchivo

Volkswagen Navarra va a modular su transición hacia el coche eléctrico, un futuro que, a día de hoy, genera casi tantas dudas como certezas. La planta navarra, que tiene previsto lanzar dos modelos exclusivamente de baterías en 2026, no solo va a seguir fabricando T-Cross y Taigo de combustión, sino que seguramente lanzará a partir de 2027 ó 2028 versiones híbridas autorrecargables de estos dos modelos, con el objetivo de evitar sanciones y alargar la vida de los coches de gasolina por lo menos hasta el año 2031. 

El motivo es claro. El grupo alemán comienza a entender que el salto entre las dos tecnologías no puede resultar abrupto. Ni los consumidores ni la red de recarga parecen preparados para inclinarse de forma masiva por vehículos cuya autonomía sigue siendo limitada, con tiempos de recarga lentos y más caros que los de combustión. En Navarra, las ventas de eléctricos puros apenas suponen un 10% del total y son otras marcas, especialmente Tesla y BYD, quienes parecen en disposición de ofrecer los modelos más atractivos del mercado. Incluso Stellantis y Kia parecen ir hoy por delante de Volkswagen en el segmento de los coches eléctricos. 

La decisión de lanzar versiones híbridas, que no ha sido ratificada de forma oficial, fue adelantada por La Tribuna de Automoción la semana pasada y supondría continuar por la estela del Golf, que en 2024 incorporó una versión híbrida no enchufable con cierto éxito de ventas. Esta hibridación ligera, similar a la que llevan tiempo empleando otras marcas, le permite acceder a la etiqueta ECO de la DGT, imprescindible para circular en un número cada vez mayor de ciudades. 

Poco coste, fácil de instalar

De esta manera, fabricando vehículos de combustión menos contaminantes gracias a una batería de 48 voltios de bajo coste, Volkswagen lograría varios objetivos. Por un lado, ampliaría su oferta de motores, reducida tras el abandono del diesel; alargaría la vida de sus dos modelos del T Cross y el Taigo hasta 2031, mejorando así la rentabilidad de sus inversiones; se acercaría también a nuevos segmentos de clientes, que valoran especialmente los menores consumos que garantizan los híbridos; y junto a ello, vendiendo un mayor número de coches, podría evitar la sanciones marcadas en Europa para los fabricantes si no reducen sus emisiones de CO2. 

Volkswagen secunda así la estrategia que siguen, desde hace años, los fabricantes asiáticos, especialmente japoneses y coreanos. Los híbridos autorrecargables han permitido a Toyota, que siempre ha recelado de la tecnología exclusivamente eléctrica consolidarse como el primer fabricante del mundo. También Kia se ha decantado por una hibridación ligera que, sin encarecer de manera dramática los costes, sí allana el camino hacia una nueva consideración del coche como servicio y no únicamente como producto. 

En la fábrica se da por hecho que la apuesta de VW por los híbridos “será positiva”, al diversificar la gama de motores. “Lo que necesitamos es volumen y esto nos va a permitir estar más cubiertos ante los vaivenes del mercado”, explicaban desde el comité de empresa, que sigue albergando muchas dudas sobre la estrategia eléctrica de la multinacional. Al Skoda Epiq y al VW ID2X, que comenzarían a fabricarse entre junio y noviembre de 2026, Volkswagen Navarra añadiría así los T-Cross y Taigo puros de gasolina, así como sus versiones híbridas. 

Problemas de ergonomía en Montaje

Por la línea de Volkswagen Navarra ya pasan las primeras preseries del Skoda Epiq, el eléctrico que lanzará la planta de Landaben dentro de poco más de un año. Y su implantación está generando problemas de ergonomía en diferentes puestos de trabajo, al haber sido sustituidos algunos de los ganchos que mueven los coches en la cadena de montaje. “Y los que se han colocado, pensados para modelos eléctricos, no sirven para los de combustión, hacen que los trabajadores no lleguen con facilidad a la zona central del coche”, explicaban desde el sindicato ELA en una nota enviada a la plantilla.

Los trabajadores, para ajustar las piezas, deben estirarse más allá de lo razonable. Un movimiento repetitivo (más de 400 coches por turno) que, de momento, afecta únicamente a 40 posiciones de trabajo, pero que antes de verano se extenderá a unas 400. Un problema que, además, se agravaría si no se cambian los pulpos y se prolonga la combustión al menos hasta el año 2031.  

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“En la prensa especializada del sector de la automoción, ya vienen confirmando algo que desde ELA hemos repetido insistentemente; la producción de coches de combustión podría alargarse más de lo previsto. Por ello, es importante hacer una reflexión profunda sobre la adaptación de las líneas de producción para no limitar la capacidad productiva de ninguno de los modelos de propulsión y habrá que apostar por una fábrica realmente bivalente”, explica la sección sindical en una nota a la plantilla.

“No se trata de gastar más, se trata de invertir con cabeza, no se puede introducir un transportador de coches para un solo modelo cuando puede ser que produzcamos más coches de combustión que eléctricos. Tenemos que ir introduciendo el gancho en función de la necesidades ya que no existe la alternativa de otro gancho más adecuado para los dos modelos”. “Secuenciar los diferentes modelos de coche con su pulpo correspondiente no es hacer ingeniera aeroespacial”, continúa el sindicato, quien reclama a la empresa que aumente “la inversión económica para mantener ganchos diferentes para cada sistema de propulsión. Dos sistemas, dos ganchos. A la larga está inversión será un ahorro”, dice en referencia a posibles problemas de salud