Un proyecto en Navarra analiza cómo aumentar los ingresos de agricultores al cuidar el sueloIban Aguinaga
El Gobierno de Navarra abordará la agricultura de carbono y nuevos modelos de negocio para el sector primario a través del proyecto europeo SoilValues, en el que participa junto a INTIA. A petición de UPN, el consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, José Mª Aierdi, compareció este miércoles en comisión, acompañado de la directora gerente de esta sociedad pública, Natalia Bellostas, para explicar este proyecto.
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La iniciativa se enmarca dentro del programa Horizon Europe, que desde enero de 2023 lleva trabajando el departamento y que se centra en las prácticas de mejora de la salud del suelo agrícola, así como fomentar modelos de gestión que favorezcan la transición hacia una agricultura regenerativa y más sostenible.
Aierdi recordó la aprobación en diciembre de 2024 de un nuevo marco de certificación para absorciones permanentes de carbono y el trabajo del departamento junto con INTIA y expertos de la UPNA por explorar las posibilidades de la agricultura de carbono. “Navarra no puede quedarse al margen de estos movimientos y debemos estar atentos al desarrollo normativo para que los agricultores y agricultoras dispongan de esta información”, expresó el consejero.
Doce socios
Además, Aierdi añadió que el proyecto SoilValues permite conocer las experiencias que se están desarrollando en otros países europeos, y afrontar el cambio climático, que ha hecho del suelo agrícola “un recurso esencial cuya salud debemos cuidar para favorecer la productividad y la calidad de la producción agroalimentaria”.
Bellostas profundizó en la iniciativa, explicando que se desarrollará durante cuatro años, integrados por doce socios de diez países, cuyas líneas pasan por trabajar la restauración y protección de la salud del suelo, fomento a la resiliencia, y en el que se abordarán modelos de negocios y servicios ecosistémicos y cómo los profesionales del campo pueden beneficiarse a partir de esos servicios.
“Para el desarrollo de un modelo de negocio se requieren tres niveles. El primero, plantear qué prácticas llevan a incrementar esos servicios ecosistémicos del suelo, luego, que estas actividades se puedan medir y verificar para saber qué valor se está creando, y, con ese valor, generar una remuneración para los agricultores”, explicó la directora gerente.
Bellostas compartió que el proyecto servirá para hacer un diagnóstico de la situación de este tipo de agricultura en Navarra, para analizar su potencialidad, ensayos, qué prácticas se están implicando en la comunidad, sus limitaciones y que otros incentivos se pueden poner en marcha.
Los pasos
Contexto. El suelo es un recurso esencial para la agricultura. Los profesionales invierten en la conservación del suelo para evitar su degradación, para mejorar su fertilidad e incrementar su resiliencia frente al cambio climático. Pero al mismo tiempo este trabajo sobre el suelo genera los llamados servicios ecosistémicos que carecen de un valor económico en el mercado. En otras palabras, los agricultores no tienen recompensa por fomentar el reciclado de nutrientes, la biodiversidad, el paisaje o el secuestro de carbono.
¿Cómo lograr retribución? El proyecto SoilValues ha confeccionado los modelos de negocio de salud del suelo para que los agricultores cobren por los servicios sistémicos. Modelos de negocio que requieren de tres niveles: las prácticas usadas para favorecer la salud del suelo –mínimo laboreo, acolchado, cubiertas vegetales, rotación, abonos orgánicos, abonos verdes, silvopastoreo, etc–. Estas actividades tienen que tener la capacidad de medir su valor, y esto ahora es complicado cuantificarlo; y con el valor creado, se puede tener una remuneración para el agricultor en el mercado.
Incentivos. Los incentivos son instrumentos utilizados por los sectores público y privado para alentar a los agricultores a proteger o mejorar los servicios ecosistémicos. Hay tres tipos de incentivos, y los que hacen referencia al apoyo de ingresos son precios premium –que paga industria agroalimentaria–, créditos de carbono –vender el carbono capturado en el suelo–, pagos por ecoregímenes –pastoreo extensivo, agricultura de conservación, etc– y subvenciones.
"Ir un paso más allá"
“Queremos utilizar este proyecto como grupo de trabajo para intentar ir un paso más allá y el próximo año traeremos expertos y llevaremos a cabo visitas, talleres y demostraciones y luego ver en otras regiones cómo se están implementando estos mecanismos”, dijo Bellostas. Además, repitió que el agro en Navarra ya desarrolla acciones en beneficio del suelo a través de los ecoregímenes, etc.
Ya en el turno de los grupos parlamentarios, tanto PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo Zurekin valoraron positivamente la participación del departamento en el proyecto y animaron al departamento y a INTIA a continuar en esta línea. Por parte de PPN, Javier García hizo hincapié en la necesidad de proteger al sector primario. Desde el Grupo Mixto, Emilio Jiménez valoró de forma positiva el camino hacia la agricultura sostenible, sin una regulación farragosa. Y Miguel Bujanda (UPN) se mostró el más crítico y expresó que al “sector primario se nos trata como a niños”.
Por el momento no se va a legislar
Así, solicitó al Gobierno de Navarra que realice una mayor legislación, en concreto, un marco normativo concreto acerca del crédito de carbono y anunció que UPN presentará una proposición de ley foral en este sentido. Comunicó su propuesta después de que Aierdi en su intervención dejara claro que, por el momento, el Ejecutivo foral no va a legislar sobre esta materia, porque todavía “la UE debe aprobar su regulación en la que va muy retrasada, con la que conviene que Navarra esté acompasada”.