El festival Villa de Viñas volvió a convertir a Eslava en punto de encuentro para amantes del vino, la historia y la cultura. Con todas las localidades agotadas, la jornada comenzó con una visita teatralizada al yacimiento romano de Santa Criz, uno de los enclaves arqueológicos más monumentales del norte peninsular. Entre escenas y diálogos inspirados en la vida romana, los participantes viajaron en el tiempo para descubrir la huella que Roma dejó en este rincón de la Baja Montaña. A continuación, el público se trasladó al museo local para visitar la exposición “Santa Criz de Eslava, reflejos de Roma en territorio vascón”, que contextualiza la historia del yacimiento.
El colofón de la mañana llegó en Bodega Eslava, donde se celebró la cata maridada “Baja Montaña en esencia”. La alcaldesa, Estíbaliz Lerga, dio la bienvenida a los asistentes subrayando “la importancia de seguir mostrando al mundo la riqueza de un territorio que sabe conjugar su historia milenaria con el cuidado de su viñedo y el saber hacer de sus gentes”. La sesión, conducida por la periodista Elena Arraiza, fue un recorrido sensorial por la singularidad vitivinícola de la Baja Montaña de la D.O. Navarra. El encargado de iniciar la cata fue el enólogo Gonzalo Celayeta con dos de sus vinos más personales: Huracán Daniela 2024 y La Huella de Aitana 2024.
A continuación, Félix Bariáin, productor local y representante de Baja Montaña Viñedos y Bodegas, que presentó sus Arbayún Rosé 2024 y Arbayún Rosé Cuvée 2023. Tras él, cerraba la cata, la enóloga de Bodega Eslava, Rebeca Lecumberri, con tres propuestas que capturan la identidad del territorio: Bodega Eslava Rosé 2024, Paraje de Guezari 2021 y Malagata 2022.
Cada uno de los elaboradores transmitió, a través de sus vinos, su mirada propia de la Garnacha y el viñedo de la Baja Montaña, con matices propios pero un mismo hilo conductor: la autenticidad de esa tierra y el compromiso con su preservación. El acto se clausuró con la intervención de David Palacios, presidente del Consejo Regulador de la D.O. Navarra, quien felicitó a Eslava “por el gran trabajo que desarrolla para proteger su patrimonio, tanto el legado histórico como el vitivinícola, promoviendo la identidad del territorio y proyectándolo hacia el futuro con orgullo y compromiso”.
Un brindis colectivo puso el punto final a una mañana que unió historia, vino y comunidad, y que dejó a quienes asistieron la sensación de haber vivido una experiencia única. El evento se enmarca el proyecto “Territorio Eslava, Desarrollo de producto turístico”, cuya ejecución se incluye en el Plan de Gestión ACD Navarra Circular, Inclusiva y Resiliente, de la Dirección General de Turismo del Gobierno de Navarra, en el contexto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea a través de los fondos Next Generation EU.