La economía navarra mantuvo durante el verano el ritmo de crecimiento de la primavera. El PIB avanzó un 0,5% en el tercer trimestre del año, la misma tasa que entre abril y junio, y solo una décima por debajo de la media española. Un avance sostenido por el consumo interno y que compensa la debilidad que siguen mostrando la industria y las exportaciones, condicionadas aún por el deterioro de la economía alemana y el estancamiento francés.

Con este dato, la tasa de crecimiento anual se sitúa en el 2,1%, dos décimas menos que en el trimestre anterior y siete décimas por debajo del crecimiento económico medio de España, cuya tasa de avance (2,8%) también se frena dos décimas en el tercer trimestre, tras perder cierta inercia durante el verano. Un entorno internacional muy complicado, con los aranceles dictados por Trump impactando ya en el comercio global. Pese a ello, la economía española sigue liderando el crecimiento entre los grandes países de Europa.

En el caso de Navarra, el Instituto de Estadística señala que "el menor dinamismo de la industria", con gran peso en Navarra, y la debilidad de las exportaciones, que se quedarán en 2025 seguramente por debajo de las cifras de 2024, se encuentran detrás de unas cifras alineadas en todo caso con las previsiones del Gobierno de Navarra, o incluso algo superiores. Durante los trimestres anteriores, también la inversión en bienes de equipo, muy ligada al sector manufacturero, ha mostrado un perfil débil, algo que siempre es una mala señal para el crecimiento y la competitividad futura.

Consumo, empleo y salarios se retroalimentan

Otros indicadores, como el empleo, se siguen comportando de manera notable. Y ayudan a mantener un círculo relativamente virtuoso, al añadir gasolina a un consumo interno que se está encargando de sostener el crecimiento general, a rebajar la tasa de desempleo, e incluso a mejorar los salarios, aunque sea muy levemente, por encima de la tasa de inflación. Una mejoría en el poder adquisitivo, aún incipiente, pero rompe con años de pérdida de valor de los sueldos.

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Dentro de la industria, no todas las ramas se comportan igual. La industria agroalimentaria es capaz de elevar sus exportaciones y está aprovechando el incremento en la población residente en España para elevar sus ventas. Sigue creando más de 500 empleos al año de manera constante desde hace ya más una década.

Tanto los servicio, especialmente los ligados a las personas (sanidad, educación) como los de mayor valor añadido (actividades profesionales, técnicas y científicas), mantienen un perfil de crecimiento, el mismo que sigue mostrando el sector constructor, atenazado solo por la falta de mano de obra y la escasez de suelo barato donde edificar y dar respuesta a la creciente necesidad de viviendas.