Los problemas de fontanería son un fastidio que aparecen sin previo aviso en cualquier hogar. De pronto, un grifo que gotea, un inodoro que no deja de correr o una tubería que se atasca cuando más prisa tienes –incluso, se puede inundar alguna zona de la casa por alguno de estos percances; y eso molesta más–. Y, aunque puedan parecer pequeños inconvenientes que hacen pasar malos ratos, ignorarlos puede agravar las circunstancias y complicar las posibles soluciones. Por eso, lo mejor es que, cuando ocurra un percance de estos, se contacte de manera rápida con un profesional para que pueda resolver la incidencia. Mientras tanto, conoce cuáles son los problemas más comunes de fontanería y algunas de sus soluciones para ese tiempo entre que se origina el problema y acude un experto al hogar.
Goteras en grifos
Se trata de un enemigo silencioso. Durante el día, nadie lo escucha. Sin embargo, por la noche, a tientas, se escucha un goteo constante. Al principio, parece que se terminará pronto, que es un pequeño desliz del agua. Luego, comienza el agobio porque ese ruido, antes diminuto, se clava en los oídos y ya no hay vuelta atrás. Por suerte o por desgracia, se trata de uno de los problemas más comunes. Y no solo es molesto por la noche, también puede incrementar notablemente el consumo de agua –se pueden llegar a desperdiciar hasta 30 litros diarios–, lo que después se refleja en la factura del agua. Las causas principales suelen ser un desgaste en las arandelas de goma o en las juntas de los grifos y, por lo general, esto se resuelve cambiando las piezas.
Baja presión del agua
La baja presión del agua es otro de los problemas más frecuentes en los hogares. En este caso, puede deberse a la acumulación de sedimentos y minerales en las tuberías –algo muy común–, a una fuga de agua o a problemas en la red de suministro local. En algunos casos, conviene limpiar las boquillas de los grifos o duchas. No obstante, si persiste, lo más recomendable es consultar con un fontanero profesional para una revisión profunda de las tuberías.
Por otro lado, las fugas pequeñas, en especial las que se producen dentro de las paredes, son muy difíciles de detectar y también pueden causar esta baja presión. Por eso, cuando se detecte moho, humedad o un aumento en la factura del agua, lo más recomendable es contactar con profesionales, quienes utilizan detectores acústicos o cámaras térmicas para localizar la fuga sin romper paredes. Cuanto antes se actúe, menor será el coste de reparación.
Calentador de agua
¿Quién no ha estado disfrutando de una buena ducha caliente y, de pronto, el agua helada fastidia ese momento de relax? Los problemas en los calentadores de agua son bastante comunes, especialmente en las viviendas que dependen de calentadores eléctricos o de gas. Si el agua no se calienta correctamente, puede deberse a un fallo en el termostato o a una acumulación de sedimentos dentro del calentador.
Por eso, es fundamental realizar un mantenimiento anual –limpieza del depósito y revisión del ánodo de magnesio– para prolongar la vida útil del calentador y garantizar un funcionamiento seguro y eficiente.
Ruidos en las tuberías
Golpes, silbidos o vibraciones en las cañerías pueden parecer una simple molestia, pero en realidad son síntomas de un problema oculto en la instalación. El más común es el llamado golpe de ariete, un ruido seco que se produce cuando el flujo de agua se interrumpe bruscamente y se genera una onda de presión que golpea las paredes de las tuberías. También pueden deberse a válvulas defectuosas, exceso de presión o dilataciones del material por los cambios de temperatura.
La buena noticia es que la mayoría de estos ruidos tienen solución. Desde la instalación de amortiguadores hidráulicos hasta la revisión de los anclajes o la reducción de la presión de red, un fontanero cualificado puede eliminar los sonidos y evitar averías mayores. Prestar atención a tiempo puede ahorrar tanto dinero como disgustos.
En la vida cotidiana, rara vez se piensa en las tuberías, las válvulas o los sifones que recorren las paredes y suelos, aunque son el sistema circulatorio del hogar: imprescindibles, pero invisibles. Porque solo cuando algo falla –un goteo, un ruido, una mancha de humedad– la gente se da cuenta de la importancia de la fontanería para vivir con comodidad y seguridad.
Cuidar la fontanería no es un gesto menor: es proteger el bienestar del hogar. Una revisión a tiempo evita fugas costosas, ruidos molestos y averías inesperadas que pueden alterar la rutina o poner en riesgo la estructura del edificio. Los profesionales del sector coinciden en que la prevención es la mejor inversión, y que la tecnología actual permite detectar y solucionar problemas sin obras.
Contar con un servicio técnico de confianza es apostar por la tranquilidad, ya que los equipos especializados pueden diagnosticar ruidos, medir presiones, limpiar conducciones y renovar instalaciones antiguas con rapidez y garantía. Son pequeñas intervenciones que generan grandes resultados: un consumo más eficiente, un hogar más silencioso y, sobre todo, la certeza de que el agua –ese recurso esencial– circula correctamente, sin pérdidas ni sobresaltos.
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