Usted es uno de los principales impulsores de la creación del Centro de iIndustrialización y Robotización que el Gobierno de Navarra va a poner en marcha junto a la Universidad Politécnica de Zúrich. ¿Por qué cree que es tan importante su creación? ¿De qué manera va a contribuir a la industrialización del sector?

-El instituto se plantea en un contexto muy complejo en lo que afecta al mundo de la arquitectura y la construcción en general. Un contexto en el que se mezclan cuestiones disciplinares, relacionadas con la manera de producir la arquitectura, docentes referidas a qué y cómo ha de enseñarse en las escuelas de arquitectura, estructura de los mercados productivos...

Un momento de importantes cambios en donde la industrialización y la robótica pueden ocupar un papel importante a la hora de hacer mejor arquitectura y mejor construida. La industrialización ha estado presente desde que se empezó a construir, aunque en ese momento fuera una simple elaboración previa de elementos. Con la arquitectura moderna pasó a formar parte del ideario de esta, siendo objetivo de máxima prioridad, dando lugar durante las últimas décadas a una arquitectura que va desde la buena calidad con categoría de referencia, como es el caso de las experiencias de Jean Prouve y otras, o a pésimas experiencias como las que se produjeron de manera masiva en la antigua área soviética. Y ello demuestra que la industrialización no es sino un instrumento, muy importante y poderoso, eso sí, que está al servicio del objetivo más importante que no es otro que el de hacer mejor arquitectura y mejor construida.

Sigue siendo por tanto de gran importancia el proyecto de arquitectura y sus fundamentos que sin los que han de dirigir una construcción que supere al mismo tiempo aquellos procesos que resultan poco eficaces desde muchos puntos de vista.

¿Por qué apuesta por esta forma de construir?

-Sin duda bien dirigida desde el proyecto de arquitectura puede tener ventajas tanto en lo que a calidad se refiere como a los efectos económicos de la misma. No es que vaya a ser menos costosa, aunque es verdad que la reducción de plazos implica economías nada desdeñables, sino que en general, es mucho más económica si incluimos en este concepto cuestiones como la relación entre calidad y recursos económicos invertidos, así como la cualificación profesional que la misma implica, cuestión ésta esencial en un sector poco cualificado profesionalmente en donde la utilización del factor trabajo tiene un carácter extensivo marcado por una productividad ciertamente escasa.

La industrialización y la robótica pueden tener un efecto multiplicador muy importante en la conformación y capitalización de la industria que, no nos engañemos, es el auténtico soporte de la construcción. Las constructoras, hoy, no dejan de tener un papel de intermediario, de coordinador, muy importante, pero que requiere un sustancial cambio de manera de hacer y pensar.

Cómo arquitecto, ¿qué dificultades se encuentra en particular en los proyectos de construcción industrializada? Asimismo, ¿qué ventajas le aporta a la hora de diseñar un proyecto de construcción industrializada?

-Tal y como he indicado la industrialización y los procesos robóticos implicados en la misma tienen carácter instrumental y lo importante es entenderlos como parte de aquellas circunstancias que a lo largo de la historia han mutado, han cambiado. Pero lo importante sigue siendo el objetivo: hacer la mejor arquitectura posible y que ésta llegue a la mayor parte de la sociedad. Hay que verlos como un recurso que ayuda en el logro de los objetivos que constituyen nuestra disciplina y que, por ser parte de su esencia, nunca cambian. El símil es el uso del ordenador: ¿cuándo apareció el ordenador en el trabajo del arquitecto mejoró por ello la arquitectura? En absoluto. Seguía habiendo arquitectura buena o mala porque el ordenador no era sino un instrumento, en este caso de representación, pero la bondad depende del objetivo y de quien lo busca, en este caso el arquitecto junto con muchas otras personas implicadas, entre ellas y como algo fundamental, el cliente informado.

En este sentido no encuentro dificultad, más allá de la del desconocimiento de la herramienta, algo por otra parte que se resuelve fácilmente a partir de criterio y de aprendizaje. Por otro lado los arquitectos siempre hemos trabajado en mayor o menor grado con la industria. Y, si no ha sido así, malo.

¿Se dan las condiciones para la transformación de la construcción hacia estos sistemas?

-La situación actual de la construcción en España, resulta muy difícil, especialmente en lo referente a la vivienda con unos costes de suelo todavía muy altos, con enormes dificultades de gestión, –en España la media para la obtención de una licencia de obra es un año, y yo me pregunto: ¿quién paga las deseconomías generadas por esta “ineficiencia burocrática, una ineficacia que ahora, con la inflación que tenemos a día de hoy, supone un 10 % de incremento de costes?–, con un entramado profesional no muy bien preparado, –en las crisis financiera del 2008-2012 desaparecieron la mayoría de las industrias y de las subcontratas de calidad que suponían el soporte de la construcción–, con una ausencia de mano de obra cualificada, etc.

Todo ello, junto, al avance de la investigación técnica, fundamentalmente en el campo de la robótica, implica sin duda una situación en la que la implementación de una arquitectura más industrializada, donde el tiempo y la logística, adquieren un importante significado, es posible y deseable.