Las lágrimas de Imanol Arregui tras el partido lo decían todo. Hablaban de alegría, la de la salvación, pero también de sufrimiento. De toda una temporada en la que Osasuna Magna ha flirteado por los puestos de descenso y que finalmente se ha resuelto de una manera feliz. Sobre todo para un entrenador que es el emblema de este club desde hace más de dos décadas.

“Ha sido una temporada muy complicada, durísima. Sólo nosotros sabemos lo que hemos pasado”, decía tras el encuentro un emocionado Imanol.

“Llevamos un mes horrible, no se lo deseo a nadie. Y esta semana ha sido peor todavía. Ahora sólo queda descansar y pensar”, acertaba a decir el técnico del Xota, quien dejaba claro que lo visto sobre Anaitasuna ante el Betis era lo lógico. “Hemos salido a ganar, pero yo ya lo había dicho. Vamos a salir con un planteamiento absolutamente defensivo, porque si no nos marcaban, no bajábamos. Aquí no estamos hablando de medallas, de play off o de la Copa. Estamos hablando del descenso y hasta de la supervivencia de un club”, decía con mucha seriedad.

“Llegas al final con empate y sólo queda tener el balón y se acabó. Esto son 30 partidos y ha sido una temporada durísima. Con un equipo justo de gente, con nueve partidos sin Asier por lesión, todo lo que llevamos sin Palote (Martil), siete partidos sin Carlos (Vento), seis sin Tony... Sólo nosotros sabemos lo que hemos pasado”.

Imanol Arregui, que ahora podrá descansar tras toda la tensión acumulada, reconocía que ha sido una temporada de las más emotivas, si bien la que le marcó por completo fue “la de la pandemia”. “Fue la peor de mi vida”, dijo. Y dejaba una incógnita: “Ya hablaremos entre semana, que seguramente hablemos”.