DONOSTIA. Una sola derrota en 13 jornadas es un balance más que satisfactorio para los donostiarras, que perdieron ante el Levante una gran oportunidad para haber enlazado tres triunfos en una temporada, algo que no ha conseguido todavía Philippe Montanier.

El excelente estado de forma de Carlos Vela será el principal argumento de la Real, ya que el mexicano -máximo goleador del equipo-, está en forma y brilla en la conducción del juego ofensivo, en el remate y ahora también por las faltas recibidas, de las que tanto provecho ha sacado la Real en las últimas jornadas.

Precisamente una falta sobre Vela generó el domingo ante el Levante la última expulsión de un contrario, un dato que se repite en las ocho últimas jornadas.

Los jugadores de la Real saldrán además estimulados por esa gran racha de resultados, a combatir la adversa estadística en San Mamés donde no vencen desde junio de 2001.

Viajar a Bilbao es sinónimo de disgusto para la afición guipuzcoana, que se ha acostumbrado con resignación a grandes decepciones y escasas alegrías en forma de empates, como el conseguidos en 2006/07, su mejor resultado en las últimas temporadas.

En las temporadas 2003/04 y 04/05 también obtuvo sendos empates, resultado que estuvo cerca de conseguir la pasada campaña en un buen partido que se decantó al final del lado rojiblanco.

EL ATHLETIC, LASTRADO EN LAS DOS ÁREAS El Athletic Club llega al último derbi deprimido por un triste caminar liguero que le tiene decimoquinto en la tabla clasificatoria, a solo seis puntos del descenso, y lastrado por sus continuos errores en las dos áreas.

Para resumir someramente lo que le está ocurriendo en su segundo año al Athletic de Marcelo Bielsa basta con decir que falla frente a la meta rival la mayoría de las ocasiones que genera y concede goles en un porcentaje muy superior en las oportunidades que permite.

Así se ha plantado en la vigésimo quinta jornada y ante el último clásico Athletic-Real en La Catedral, con solo 26 puntos sumados y únicamente dos equipos entre su posición en la tabla y la que mandan al final de la temporada a la categoría inferior.

Y no es que esté jugando mal el Athletic. Aunque sí es verdad que ha tenido partidos de un rendimiento muy bajo.

Lo que le está ocurriendo es que Aritz Aduriz, un fichaje más que rentable en su segundo regreso a la entidad, apenas si está teniendo acompañamiento. Y, atrás, está notando mucho la ausencia de Javi Martínez, que se fue al Bayern en uno de los muchos casos con dimensión extradeportiva que ha acusado un plantel disminuido por varias razones con respecto al que maravilló la pasada temporada.

La macha del navarro, la también segura de Fernando Llorente a final de curso y la casi segunda de Fernando Amorebieta también el 30 de junio han debilitado un plantel lastrado también por lesiones de pubis en varios de sus jugadores importantes (Iraola, Amorebieta, Aurtenetxe, Herrera, Iturraspe también anda renqueante toda el año).

Sobre el terreno de juego, la sangría de goles en contra, 47 en 24 partidos, casi dos por encuentro, ya se ha llevado por delante a Gorka Iraizoz, un meta al que Bielsa ensalza en cuanto puede, y amenaza seriamente la progresión de los prometedores Mikel San José y Jon Aurtenetxe, desacertados en muchas ocasiones y muy expuestos siempre por el ultra ofensivo sistema 4-3-3 del técnico argentino.

Y arriba, si bien Aduriz está en los números goleadores de Llorente, la ayuda al donostiarra de los Markel Susaeta, Susaeta, Ander Herrera e Iker Muniain no acaba de llegar en la medida de lo que espera su técnico.

Especialmente destacables son los errores ante la portería de Susaeta y De Marcos, quienes, de todos modos, no dejan de percutir y percutir sobre el área rival, Y últimamente hasta han acertado en varias ocasiones.

Mucho menos incisivos son Herrera y Muniain, este en su primer año sin progresar después de su temprana e impactante aparición en el fútbol de elite.

En definitiva, que el Athletic no acaba de carburar y se presenta en el que será el último derbi ante la Real Sociedad preocupado por objetivos más importantes que el de imponerse al vecino y enconado rival. Que también.

BIELSA CRUZ, MONTANIER CARA Un derbi vasco inesperado en los banquillos, ya que llega a él en bastante mejor disposición Philippe Montanier, un técnico largamente cuestionado en San Sebastián, que Marcelo Bielsa, que está por escuchar un simple gesto de reprobación a su labor a pesar de la más que mediocre temporada que está completando el Athletic Club.

Tras ver durante buena parte del curso anterior muy cuestionada su figura, y hasta casi denostada en momentos en los que empezaron a sonar nombres de posibles sustitutos, Montanier ha remontado el vuelo y llega a Bilbao con el equipo lamiendo los puestos de Liga Campeones.

La Real está a tres puntos teóricos de la cuarta plaza de la tabla pero quizás a solo uno real debido a la sanción de la UEFA que impedirá jugar el año que viene en Europa al Málaga, precisamente el cuarto clasificado.

Por contra, el 'loco' Bielsa, adorado por la afición del Athletic después de un primer año memorable con dos finales y una victoria para la historia en Old Trafford, no lo está pasando nada bien.

Algunos de los grandes jugadores de aquellos éxitos, Javi Martínez, Fernando Llorente y parece que también Fernando Amorebieta, han decidido hacer caso a los cantos de sirena que les han llegado de grandes clubes continentales y el conjunto rojiblanco se ha resentido.

Continuas polémicas ajenas a lo deportivo, con el propio Bielsa incluido de por medio, lesiones de hombres importantes (Iraola, Herrera, Iturraspe) y periodos de baja forma en otros (Muniain, Iraizoz, De Marcos, Susaeta) tienen al Athletic casi convaleciente y dependiendo casi exclusivamente de, curiosamente, un donostiarra: Aritz Aduriz.

En su segundo regreso a San Mamés, el ariete internacional (16 goles, 12 en Liga) es casi el único sostén del entramado montado por el de Rosario, quien, no obstante, sigue erre que erre con su ideario que se puede resumirse en una pensamiento genuino: atacar, atacar, atacar y, cuando se pierda el balón, recuperar rápido para volver a atacar, atacar y atacar.

En esa dinámica, a Bielsa solo le están fallando dos variables: la falta de gol de los acompañantes de Aduriz (De Marcos, Susaeta, Herrera y Muniain) y la rentabilidad que le sacan los rivales a sus ocasiones, sensiblemente inferiores en número a las del Athletic.

Por contra, a Montanier le va muy bien este curso con una novedosa forma de jugar en ataque. El francés deja el equipo en manos del talento y arriba entre cuatros jugadores de perfil similar, Xabi Prieto, Antonine Griezzman, el 'Chory' Castro y Carlos Vela, el mexicano a un gran nivel en este curso, están llevando a su equipos en volandas.

Son cuatro jugadores en principio destinados a partir de la banda pero que están casando muy bien y, con el aditivo a veces de los arietes Imanol Agirretxe y/o Diego Ifrán, le están haciendo vivir al técnico nacido en Vernon su época más feliz al lado de La Concha.

Espléndidos canteranos, como Asier Illarramendi, Markel Bergara, Gorka Elustondo y Rubén Pardo sostienen y abastecen por detrás a sus estrellas, ayudados por el especialista en goles desde el campo propio Íñigo Martínez. Uno de esos 'misiles', el de la temporada pasada en el Benito Villamarín quizás sea el responsable de lo que Montanier está disfrutando ahora.

Y que le permite encarar el último derbi Athletic-Real en La Catedral con ambición y tranquilidad. Al contrario que Bielsa, obligado a variar ya el rumbo de su equipo para la que afición rojiblanca siga con la fe que tiene en que "a lo loco, a loco, a loco se vive mejor".