Tras un inicio de temporada fulgurante coronado con su participación en la Copa del Mundo de Catar, los Williams, Iñaki y Nico, forman un tándem perfecto. Ya han logrado entrar en la historia del fútbol: son los únicos hermanos que han disputado un Mundial con dos selecciones distintas, con permiso de Jerome y Kevin-Prince Boateng. En este caso existe un precedente de un enfrentamiento directo entre ambos en el estadio Soccer City de Johannesburgo, en 2010. Se vieron las caras en un Alemania-Ghana que terminó con victoria del equipo germano por 1-0. Özil marcó el solitario gol del partido, pero todas las miradas se centraron en la tensa relación de dos hermanos que nunca se habían llevado bien. 

Por el contrario, la sintonía entre el mayor y menor de los Williams -Iñaki tiene 28 años, por 20 de su hermano Nico- es total. Cumplen un sueño: comparten y además lideran el ataque del Athletic. El pasado mes de septiembre fue el de la reivindicación definitiva del revoltoso y joven extremo rojiblanco. El '11' encadenó varias actuaciones de mucho mérito que culminaron con gol y asistencia a su hermano en el partido ante el Almería disputado en San Mamés. Con la camiseta de la selección española en el choque contra Suiza, Nico sobresalió en calidad de revulsivo. Su chispa le ha valido para que este jugador nacido en Pamplona en 2002 cuente con la confianza de Luis Enrique y se lo haya llevado a Catar. "Siempre he tenido claro que quería estar aquí; quiero estar con la selección española y ser el mejor, demostrar que valgo para estar aquí", asegura Nico. 

Iñaki, por su parte, parece haber dejado atrás su compleja relación con el gol. En lo que va de Liga ya ha perforado la portería rival en cinco ocasiones, lo que le convierte en el Pichichi del equipo empatado con Gorka Guruzeta. Por detrás se sitúan Berenguer y Nico Williams, con tres dianas cada uno. Septiembre también fue un mes importante para él. El pasado día 23 se estrenó con la selección de Ghana en un encuentro amistoso contra Ecuador. "Cuando llegas y ves que el país y mi familia te animan para que seas un black star te hacen ver que, aunque haya nacido en Europa, mi sangre es ghanesa", dijo. 

Una historia de supervivencia

Impresiona la historia de los Williams hasta llegar a jugar juntos en el Athletic Club. Sus padres, Félix Williams y María o Comfort (su nombre original) se conocieron en Ghana a principios de los años 90. El trayecto desde el país africano hasta Europa estuvo lleno de contratiempos. Se quedaron sin comida ni bebida. Tuvieron que atravesar el desierto a pie, descalzos, abandonados a su suerte. Enterraron a varios compañeros de viaje. En la frontera de Melilla lograron saltar la valla para entrar al Estado español, pero fueron detenidos y encarcelados. Entonces, les recomendaron solicitar asilo político para poder obtener la libertad. 

La idea lanzada por un miembro de Cáritas tenía truco: la pareja dijo que venía de Liberia, un país en guerra, y no de tierras ghanesas. Cuando al mayor de los Williams le contaron el largo, duro y costoso viaje de sus padres, se quedó de piedra. "Me carcomió", confesó en The Guardian. "Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado", escribió en 2018 en su cuenta de Instagram en una clara referencia a la odisea familiar.

Eneko Payás, nuestro protagonista, es forofo de Nico e Iñaki Williams. Aida M. Pereda

El número 9, el dorsal de Zarra

Es uno de los números más deseados, emblemáticos y, por qué no decirlo, temidos del fútbol. En la temporada 2003-2004 nadie quiso lucir el dorsal 9 en la espalda del Valencia, reservado habitualmente al máximo goleador del equipo. ¿La razón? Los jugadores del equipo Ché pensaban que estaba gafado, ya que sus nueves andaban peleados con el gol desde hacía tiempo. Por primera en el club valencianista, el dorsal del delantero centro por excelencia quedó vacante.

En el Athletic, el del nueve es un asunto muy serio. Siempre se relacionará con Zarra, el máximo anotador en la historia del club rojiblanco, de quien su compañero Gainza dijo que era "uno de los delanteros centros más inteligentes" que había visto en su carrera. Telmo Zarraonandia Montoya era tan poderoso y efectivo como Lewandowski, el destacado Pichichi polaco del FC Barcelona. Debutó en 1940. En las 15 temporadas que estuvo en el Athletic jugó 354 partidos marcando un total de 335 goles, prácticamente a uno por partido. Con la selección española su cifra fue más redonda aún: 20 goles en 20 partidos.

En su debut frente al Deportivo Alavés ya anotó dos tantos, preludio de tres lustros dorados en los que conquistó el Pichichi seis veces. Sus exhibiciones eran escandalosas, como aquella vez en la que le endosó seis goles al Lleida. Hasta la llegada de Leo Messi al Barcelona (672 goles en total, 474 en Liga) Zarra fue el rey del gol y el que le dio sentido al dorsal número nueve.