Siempre nos ha sorprendido lo alto que el Manchester United está en los ránkings de clubes más valiosos (2º, según Forbes), con más presupuesto (2º) o con más ingresos (4º). Tenía sentido, por ejemplo, en la primera década de este siglo, con una Champions y ocho Premiers de 2000 a 2013. Pero es que, desde entonces, apenas una Liga Europa y ya 10 años sin ganar la Premier. Se le añade que es 8º en la Premier, a 9 puntos del City, y que va colista y en apuros en la Champions, y parece confirmarse la permanencia de los Diablos Rojos en los infiernos de la mediocridad tras la aparente mejoría en la pasada temporada. ¿Cómo es posible que siga fluyendo el dinero para comprar a los mejores entrenadores y futbolistas, pero no se construya un equipo ganador? Dicen que Ten Hag tiene las horas contadas tras la debacle europea en Copenhague (del 0-2 al 4-3), pero a nadie se le escapa que el problema tiene raíces más profundas que el de la dirección técnica.