El delantero del Cortes, Dani Salas, ha recuperado el olfato goleador después de un par de temporadas, como él mismo reconoce, y tras su doblete ante el Burladés, el ariete aragonés, que se marcha a Sevilla de SICUE en enero, es segundo en la tabla de goleadores

“La verdad es que este año en pretemporada ya vi que iba a ser buen año porque volvía a tener las sensaciones de estar bien en el campo, que había perdido estas últimas temporadas. Colectivamente, la temporada no había empezado como queríamos, nos costó arrancar porque teníamos un equipo como para estar más arriba. Poco a poco han ido cayendo los goles y estoy teniendo esa suerte que tiene el delantero. El Cortes no es un equipo que genere muchas ocasiones normalmente, solemos generar pocas y llevo ocho goles pero podría llevar como mucho dos más. Estoy contento, porque estoy siendo efectivo, pero piensas en esas que fallas. Por ejemplo, el otro día ante el Cantolagua fallo y ya estaría pichichi, pero bueno”, comenta el de Gallur, que apunta, sobre su juego, que “durante el partido suelo estar un poco más lejos del área porque el perfil del otro delantero es más profundo y romper al espacio. Pero sí que cuando el balón está en zona de tres cuartos de campo, el daño está en el área y ahí voy a estar y a confiar que me caiga”.

Goles de Dani Salas en el Cortes

Goles de Dani Salas en el Cortes Diego Eusa

A sus ocho dianas del presente curso, Salas le pudo haber añadido una en Copa del Rey, si hubiera batido a Luca Zidane en un mano a mano en el que salió vencedor el guardameta del Granada. “Esa ocasión la verdad es que es mi espinita clavada. Muchas veces estoy en casa, me la pongo, y no la veo como un fallo grande, porque pienso que también es mérito de Zidane, pero pienso ‘y si la hubiese metido, ¿qué?’. Igual luego el Granada se enfada y te mete seis, pero ya sólo el poder celebrarlo con todo el equipo… Aun así no me machaco, pienso que hubiera sido bonito, pero ya estuvo bastante bien”, lamenta, antes de recordar una fecha “increíble. Es muy, muy difícil vivir algo así. No sólo por ese día, sino por todos los días previos. Tener la sensación de que llegue, pero que no se pase el momento. Estás con esa emoción de ver a la gente en Cortes que tienen esa emoción, tus amigos, tu familia, la prensa… tienes un par de semanas en las que pareces profesional. Es una experiencia única, y ver el campo lleno de gente de Cortes y competir como competimos… fue muy bonito”.

La Copa del Rey, del sueño a la realidad

“Este año, hasta que no llega la Copa, no éramos conscientes de la que liamos”

La proeza realizada por el Cortes se comenzó a fraguar en el autobús en un viaje a Pamplona. “Algún día recordamos la temporada del año pasado. Fue increíble meternos en play off, porque no era el objetivo, y veíamos que fuimos a Burlada en la penúltima jornada, en la que no nos jugábamos nada porque ya estábamos en play off y por inercia ganas ese partido y luego es el que te da para tener opciones contra el Pamplona en el último partido, que yo recuerdo que en el 90 metió gol el Txantrea, me mandó a calentar Dani, que era ese el pacto porque estaba tieso, y la única pelota que toco es para pasarle de cabeza a Jorge. Este año, hasta que no llega el día de la Copa, no éramos conscientes de la que habíamos liado”, rememora un Salas que coincide en que las famosas poses del equipo les dieron suerte. “Al principio de temporada, aunque nos costaba arrancar, veía al equipo para meterse en play off, aunque no fuera el objetivo. Se dio la casualidad de que vamos a Zizur contra el Ardoi, y Alberto llevaba años diciendo que teníamos que hacer cosas diferentes. Hicimos la foto y fue el mejor partido de la temporada. Nos empataron al final, pero se hizo talismán. Perdimos un partido sólo”, expone. 

Así, una de las poses de esta temporada ironizaba con la falta de gol del equipo. “No habíamos tirado ningún córner en la jornada seis. Imagina lo poco que atacábamos. Nos hicimos la foto mirando al cielo y pusimos ‘buscando al gol’. Fuera del partido, el vestuario del Cortes es una familia, es cachondeo. Muchas veces, Alberto pone notas en el autobús de vuelta y a pocos sube de cinco”, se ríe el delantero, antes de ponerse serio y señalar que “el mayor acierto ha sido no cambiar. Seguimos creyendo en la idea de Dani, y hemos hecho partidos muy completos. El año pasado jugábamos un mal partido, aparecía Raúl que parecía Casillas y con medio empujón ganábamos. El equipo va a ir hacia arriba seguro”.

Sobre su futuro cercano, Salas, que estudia CAFYD, admite que “siempre he querido irme a estudiar fuera y el año pasado miré que Sevilla me gustaba mucho. De primeras me dieron el año entero, que era lo que quería, pero es a principios de mayo. Una vez nos metimos en Copa dije que ‘o me daban la opción de irme después de Navidad o no me voy’ porque me pesaba más la experiencia de la Copa. Pude elegir, me dieron la opción, y ahora jugaré dos jornadas más y me iré”.

“Me hizo ilusión cuando me llamó el Cortes porque veía sus partidos y me gustaba el ambiente”

El jugador aterrizó en Cortes cuando terminó juveniles en el Ebro, en Zaragoza. “La primera noticia que sé es cuando Alberto me dijo que me iba a pegar un toque el Cortes. Me lo creí y me hizo mucha ilusión porque he visto muchos partidos del Cortes. Cuando he ido a verlos me gustaba el ambiente, ver cómo competían como animales, ver el campo que estaba lleno. Me llamó Javi, que estaba de entrenador, y creo que fue por medio de Luis Ángel Lasa, que estaba de segundo, dieron conmigo. En el Cortes estaban Santi Navarro, portero, Magallón... como en Aragón se juega el domingo, mucha gente subíamos los sábados a ver a Chueca, que era el mago ahí”. 

Ahora, espera volver a la que considera su casa cuando termine su experiencia en Sevilla. “Les dije que cuando vuelva mi casa es esta. No me han puesto pegas. Ahora Tasio (el presidente) me dice que no me va a dar la baja de broma ahora que meto goles. Es como una familia. Me da mucha pena irme porque hay mucha gente que no te digo que sea la última temporada, pero sí de las últimas, entonces me da mucha pena pensar que igual estos son los últimos partidos que juego con ellos, que se han convertido en familia porque comparto un montón de tiempo con ellos y les coges cariño”.