Hace un año, la dana que azotó la Comunidad Valenciana dejó imágenes de destrucción y dolor que aún permanecen en la memoria de muchos. Entre los afectados estuvo Vicente Moreno, entonces entrenador de Osasuna, que tuvo que abandonar temporalmente el banquillo navarro para estar junto a su familia en Massanassa, su pueblo natal. “Vivo en un bajo y por videollamada veía cómo el agua subía en la ventana. Perdí comunicación con mis hijos y fue muy angustioso”, recordó el técnico valenciano en una entrevista para el diario Marca. Mientras Osasuna se preparaba para un partido de Copa del Rey en Chiclana, él vivía las horas más tensas de su vida pendiente del nivel del agua en su hogar.
Moreno describió su regreso al pueblo como “una escena de guerra”. “No esperaba ver todo aquello. Fue muy difícil y todavía, un año después, quedan cicatrices”, confesó. A pesar de la distancia, sintió el respaldo del fútbol y de la sociedad, que se volcaron con los afectados.
Entre las muchas muestras de solidaridad, hubo una que Vicente jamás olvidará: “Un niño le pidió a su madre el dinero de su regalo de Reyes para ayudar a los niños de mi pueblo. Me lo entregó en un sobre y me emocionó muchísimo. Ese gesto me dio fuerzas y me hizo sentir el apoyo de todos”.
Desde Qatar, donde ahora continúa su carrera, Moreno reflexiona sobre lo vivido: “Ha sido un año muy duro. Aquí el fútbol crece y tratamos de aportar nuestro granito de arena. Aprendes a priorizar y a darle menos importancia a ciertas cosas”.
El exentrenador rojillo mantiene un cariño especial por Osasuna y Pamplona: “Estar en Osasuna me enseñó que un club es mucho más que fútbol. La solidaridad de la ciudad y del club durante la dana lo demuestra. Estoy orgulloso de haber formado parte de ello”.