El chocolate es uno de esos pequeños placeres de la vida que puede alegrarte el día en un momento. Además de ser un exquisito bocado, consumido con moderación es capaz de mejorar tu estado de ánimo y de proporcionarte una agradable sensación de placer y bienestar. Esto se debe a su alto contenido en triptófano, un aminoácido que utiliza nuestro cuerpo para producir serotonina y dopamina, también conocidas como las hormonas de la felicidad.

Alguna vez, después de echar la siesta, habrás sentido unas ganas irrefrenables de comer chocolate y es que tu cerebro percibe su azúcar como una fuente de energía, ese impulso que necesitamos para retomar la actividad.

Negro, blanco o con leche; solo o con trocitos de fruta o de frutos secos; en forma de bombón, de onza, a la taza o para untar, en cualquiera de sus versiones, el chocolate es un bocado delicioso. Sus variantes son casi tan infinitas como los gustos personales de cada uno, pero los expertos apuntan a una de ellas como la más saludable: el chocolate negro con un porcentaje de cacao superior al 70%.

Suiza, la meca del chocolate

Son muchos los países que lo fabrican, pero si hay uno que se considera la meca del chocolate ese es Suiza. Comenzó a fabricarlo en el siglo XVII y desde entonces está considerado como el país con el mejor chocolate del mundo. Su calidad excepcional, su exquisito sabor y su textura irresistible le han hecho merecedor de su fama.

Si buscamos algo diferente, un capricho al alcance de unos pocos privilegiados, podemos encontrarlo, cómo no, en Suiza. Se trata de la tableta de chocolate La Chuorsa, elaborada por la marca de lujo Attimo Chocolate, a manos del maestro chocolatero suizo Alain Mettler. Desde 2019 figura en el Libro Guinness de los Récords como el chocolate más caro del mundo: el precio de la tableta de 80 gramos ronda los 670 euros.

Una tableta de chocolate La Chuorsa, el más caro del mundo. Freepik

Qué lo hace especial

El chocolate de La Chuorsa está fabricado bajo un riguroso proceso en la pequeña localidad suiza de Mund y con una materia prima de primerísima calidad. Hasta donde se sabe, cuenta entre sus ingredientes con un 68% de cacao, cristales extraídos de naranja fresca, galleta crujiente y uno de los condimentos más preciados del mundo: el azafrán.

Gracias al clima de gran altitud de Mund, los hilos rojos secos de las flores de azafrán son allí cuatro veces más sabrosos que en otros lugares. Su producción oscila entre uno y cuatro kilos, según el año, y un kilo de esta cotizada especia se vende por 30.000 francos suizos (unos 31.000 euros).

Por su parte, el cacao también es de una calidad suprema. Procede la Hacienda Chuao, situada en el pequeño pueblo de Chuao en Venezuela y que cuenta con más de 400 años de historia. La forma ancestral del cultivo y su cosecha hace que solo se produzcan unas 25 toneladas, lo que hace de este cacao un producto raro, escaso y muy codiciado en el mercado chocolatero.

Por todo ello, el cacao de Chuao tiene certificado de origen y es reconocido como uno de los mejores en la categoría Premium. Su semilla posee una intensidad de sabor moderada, de 4 en una escala del 0 al 10. La altitud, temperatura, humedad y clima del Valle de Chuao brindan al cacao un sabor único a fruto secos y un marcado aroma a madera. Todo esto junto a su textura cremosa, suave y aterciopelada hacen de él uno de los cacaos más demandados por los mejores chocolateros del mundo. Por su delicada elaboración y la calidad de sus ingredientes, La Chuorsa se presenta como un manjar de otro mundo.

Un lujo más allá del paladar

Algunos chocolates van mucho más allá del producto gastronómico para centrarse también en su presentación, y no están al alcance de todos los bolsillos. Es el caso de Le Chocolate Box: son cajas de bombones en las que estos van acompañados de zafiros, esmeraldas, anillos de diamantes, aretes, pulseras y collares. Por su módico precio de 1,4 millones de euros, más bien se puede decir que son los bombones los que acompañan a las joyas.

Joyas y bombones de Le Chocolate Box.

Joyas y bombones de Le Chocolate Box. Le Chocolate Box

Otro ejemplo es el chocolate con tachuelas de Swarovski, elaborado por el chocolatero libanés Patchi en colaboración con Harrods, y para cuya presentación utilizó seda india, oro y cristales de la conocida firma austríaca de joyería. El maestro chocolatero creó una caja de 49 piezas de chocolate, una edición limitada, que se vendió por 9.300 euros.

Chocolate con tachuelas de Swarovski.

Chocolate con tachuelas de Swarovski. Swarovski