‘Baby, no me llames que yo estoy ocupa olvidando tus males’, eso debe de estar pensando Rosalía al ver las últimas declaraciones de Rauw Alejandro. Ya es noticia en todo el hemisferio que la Motomami y el cantante puertoriqueño han roto su relación y las redes están que saltan chispas. Y es que queridos lectores, entre los rumores de infidelidad por parte del susodicho, la Rosi melancólica por París y la gente eligiendo bando, la cosa está malamente. Porque pueden decir, “se nos rompió el amor de tanto usarlo”.
Pero, ¿por qué idealizamos tanto a las parejas de famosos? Es una incógnita aún sin resolver. Las redes sociales se han llenado de memes acerca de la mediática ruptura. Querida Rosalía, puede que un tío con el pelo azul te la clave por la espalda cuando menos te des cuenta. Porque azul solo tiene el pelo, de príncipe nada. Pero ten claro que unas patatitas bravas y unas cañas junto a las amigas nunca te traicionan. Ese es el amor incondicional.
El problema de idealizar algo es que nosotros mismos lo endiosamos. Una manera tonta de engañarnos creyendo que aquello que tenemos en nuestra cabeza es lo mismo que ven nuestros ojos. No es así. No existen las parejas perfectas, porque, simplemente, no existen las personas perfectas. Las relaciones no tienen que ser para siempre. Y que no perduren en el tiempo es algo que aterra. Queremos inmortalizarlo todo para que dure toda una vida. A veces no llega ni a un suspiro. Se vuelve efímero aquello que ayer parecía parar el tiempo, sabéis de qué hablo. Las relaciones, como todo en la vida, tienen fecha de caducidad. La tienen porque hay que cuidarlas a lo largo del camino para que no se contaminen, se pongan malas y terminan siendo tóxicas. Ocurre con las relaciones de pareja, amistad, familia y compañeros de trabajo. Porque cuando aparecen las mentiras, la influencia de otras personas y se cruza la línea del respeto, hay que entender que ahí no es. No puede ser, y no pasa nada. Cuentan que han visto a la autora del ‘Mal querer’ triste terminando su gira de Motomami. Rompiéndose en el escenario al cantar canciones que en su día escribió inspirada por quien fuese su novio. Es normal. Recordar, anhelar, expresar emociones de este calibre duele. Todo el mundo tiene derecho a estar mal. Llorar de rabia y gritar de dolor, incluso siendo una Motomami. Porque hay que limpiar un poco el alma para tomar impulso y seguir adelante. “Si no lo puedes tener mejor dejalo ir, que pena cuando quieres algo pero Dios tiene otros planes pa’ti”, cantaba la catalana en sus conciertos. Sabias palabras de una persona que canta desde el amor. Volverá a hacerlo, puede que desde el desamor y eso da para muchas canciones.
En lo referente a la infidelidad. Aquí no me considero ni juez, ni experta en psicología del amor o visionaria para anticiparme al engaño y castigarlo. Quien decide engañar no lo va hacer solo una vez. No paran de publicarse vídeos de psicólogas analizando la relación ya rota. Una persona que tiene todo a su lado pero decide descuidarlo por un instante de placer, deja todo muy claro. Ni será la primera, ni será la última.
Las cuentas no cuadran, querido Raúl. No creas que me he olvidado de ti. Ayer el cantante publicó una story confirmando la ruptura y eximiendo de culpa a cualquier tercera persona que se haya podido involucrar en el asunto. Pero, no salen las cuentas. Rauw Alejandro afirma que su compromiso con Rosalía terminó hace unos meses, pero si tiramos de la hemeroteca parece imposible. El 14 de mayo Rosalía publica un vídeo imitando a Rauw de una manera bastante cómica. A lo que el cantante responde con un vídeo imitando a la Motomami el 3 de junio.Ella le responde en directo en pleno concierto el 4 de junio delante de todos sus fans. El 7 de julio Rauw Alejandro saca ‘Plaza Saturno’ donde le dedica una canción a ella. Pero el drama se hace eco el pasado 23 de junio en París, con una Rosalía rompiendo en llanto cantando ‘Beso’. ¿Os salen las cuentas? A mí tampoco. Luego para variar, la supuesta tercera en discordia, Valeria Duque, lanza un mensaje en sus redes denominándose como víctima de todo este asunto. Vamos a ver, bonita, ¿quién te ha dado vela en este entierro? Y como suelen decir, “Excusatio non petita, accusatio manifesta”. No digo nada y lo digo todo.
