La lámpara es uno de los elementos decorativos y funcionales que no pueden faltar en el hogar. Un artículo que proporcion iluminación y contribuye al ambiente y diseño de cada espacio.
Y es que una buena iluminación es fundamental para el día a día en el hogar. Permite realizar actividades diarias, como leer, cocinar o trabajar, sin forzar la vista. Pero no solo eso. La distribución y tipo de luz también influyen en el confort y seguridad, ayudando a crear zonas bien iluminadas y evitando sombras que dificulten la visión.
Además, las lámparas son elementos decorativos que realzan el estilo de la vivienda. Una lámpara bien elegida puede convertirse en un punto focal y reflejar el gusto personal, complementando la decoración y aportando calidez o sofisticación al ambiente. La elección de luces cálidas o frías, además, afecta el estado de ánimo, logrando que los espacios sean acogedores o estimulantes según el momento y la actividad.
Tal es su importancia, que mantenerlas limpiar se convierte en una tarea fundamental. Eliminar la suciedad de estos elementos prolonga su durabilidad y mejora la calidad de iluminación, además de reducir riesgos de sobrecalentamiento y fallos. Y es que la acumulación de polvo en las lámparas afectan su eficiencia y funcionamiento, reduciendo la intensidad lumínica al bloquear la emisión de luz y aumentando el consumo eléctrico al requerir más energía para iluminar.
3 trucos sencillos y económicos con los que dejar las lámparas como nuevas
Vinagre blanco
El primero de los métodos para limpiar las lámpara tiene al vinagre blanco como protagonista. Y es que, como bien se ha comentado en repetidas ocasiones, el vinagre es un excelente limpiar natural que elimina grasa, polvo y manchas sin dejar residuos.
Para limpiar las lámparas lo que hay que hacer es mezcla en un recipiente una parte de vinagre blanco con dos partes de agua. Humedecer ligeramente un paño de microfibra con esta solución y limpiar suavemente la superficie de las lámparas.
Secador de pelo
Otro de los métodos para eliminar el polvo y la suciedad de las lámparas es haciendo uso del secador. Según explican los expertos, para hacerlo se recomienda utilizar un secador de pelo en modo de aire frío para eliminar el polvo acumulado en áreas difíciles de alcanzar con un paño. Lo siguiente que hay que hacer es pasa un plumero o un paño seco para retirar los restos.
Bicarbonato de sodio
El tercer y último truco para dejar las lámparas como nuevas hace uso de otros de los grandes aliados de limpieza, el bicarbonato de sodio, un limpiador suave pero efectivo que elimina manchas y devuelve el brillo sin dañar las superficies.
Para limpiar las lámparas lo que hay que hacer es mezclar bicarbonato de sodio con un poco de agua para formar una pasta suave. Aplicar esa mezcla con un paño o una esponja sobre las manchas rebeldes y limpiar la superficie haciendo movimientos circulares. Por último, retirar los residuos con un paño húmedo.