Las alfombras son artículos que no faltan en los hogares. Unos elementos que combinan funcionalidad y estética y transforman los espacios. Pero las alfombras van mucho más allá de una cuestión estética. Sí, decoran, pero también aíslan térmicamente y reducen ruidos.
Decoran, aíslan térmicamente y reducen ruidos
Como bien se sabe, las alfombras pueden fabricarse con materiales naturales como lana, algodón o seda, que aportan durabilidad y elegancia, o sintéticos como poliéster y nylon, ideales por su resistencia y asequibilidad. Según el estilo, destacan las tradicionales, como las persas, reconocidas por su artesanía, modernas, con diseños minimalistas o geométricos, y étnicas, que reflejan culturas específicas.
Teniendo en cuenta que las alfombras son una pieza fundamental de numerosos hogares, no es de extrañar que, por una razón o por otras, estas terminen con alguna que otra mancha. Para prologar la vida de las alfombras, es esencial aspirarlas de manera regular, limpiar las manchas al instante y rotarlas para evitar el desgaste desigual.
Porque, tal y como así lo indican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), "una alfombra aporta calidez y confort, también aísla del frío, mejora la acústica… pero tarde o temprano llega el momento de la limpieza. La buena noticia es que no necesitas máquinas costosas ni llevarla siempre a la tintorería. Con un poco de paciencia, productos caseros y algunos trucos eficaces, es posible devolverle su frescura, eliminar olores y ácaros y alargar su vida útil".
En la línea con lo que comentan los expertos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), "La limpieza de una alfombra empieza mucho antes del primer cepillado, y una buena preparación marca la diferencia entre un resultado óptimo y un desastre difícil de arreglar". Es esencial identificar el tipo de alfombra, elegir el lugar adecuado para limpiarla, reunir todos los materiales que se van a necesitar, hacer una prueba de color y antes de limpiar, sacudir y airear.
Cómo limpiar una alfombra de manera profunda
Una vez preparada, "llega el momento de la limpieza profunda". Para hacerlo de manera correcta, desde la OCU sugieren hacerlo de la siguiente manera: "Aspirado. Antes de usar agua o jabón, elimina todo el polvo y la suciedad superficial. Pasa la aspiradora en ambos sentidos, insiste en las esquinas y no olvides darle la vuelta para aspirar también la parte trasera. Prepara la mezcla de producto. Lo más seguro es usar agua tibia con unas gotas de detergente neutro o, si prefieres una opción natural, unas virutas de jabón de Marsella disueltas. Nada de agua muy caliente: puede encoger las fibras. Divide en secciones la alfombra, sobre todo si es grande. No intentes limpiarla toda de una sola pasada. Avanza poco a poco, en franjas, con un paño o cepillo suave humedecido en la mezcla. Los movimientos deben ser cortos y siempre siguiendo la dirección del pelo, para no dañarlo. Aclara con cuidado. Usa otro paño limpio mojado solo en agua para retirar los restos de jabón. Es fundamental no empapar la alfombra. Secado a conciencia".