El ingeniero Francisco José Ansorena, vocal de la mesa de contratación de las obras de duplicación de los túneles de Belate, ha defendido este miércoles ante la comisión de investigación del Parlamento de Navarra que el proceso de adjudicación de las obras de desdoblamiento en la carretera N-121-A se desarrolló con absoluta normalidad, siguiendo los criterios habituales y bajo una especial prudencia.
Ansorena ha asegurado ante las preguntas de los parlamentarios que el proceso “se realizó con el mismo rigor que en cualquier otra licitación” y que, debido a los rumores que circulaban por la trascendencia de la obra, se actuó “de forma más exquisita de lo normal”. “Había una sensación de ‘ojo, porque si normalmente ya oímos rumores, vamos a hacerlo más exquisito que lo normal’. En ese quisimos ser un punto más”, ha señalado.
Ansorena ha insistido en que los criterios de valoración fueron los habituales, y que cada técnico realizó su corrección de forma individual y libre, enviando su puntuación al presidente de la mesa, quien elaboraba el informe final. “El proceso de valoración también fue habitual: nosotros mandábamos nuestras valoraciones individuales, el presidente aglutinaba la información, sacaba las medias aritméticas y elaboraba el informe”, ha explicado.
El ingeniero ha añadido que no ha recibido ni aceptado indicaciones del presidente de la mesa, Jesús Polo, sobre cómo debía puntuar una propuesta: “Nunca he recibido ningún comentario sobre cómo debería valorar una propuesta, ni lo habría aceptado. Esa no es la forma de funcionar”, ha afirmado, subrayando que la mesa “valora la oferta, no la empresa”: “Es como un profesor que no valora al alumno, sino el examen. Nos tenemos que ceñir exclusivamente al papel”.
Preguntado por las actas del proceso, Ansorena ha señalado que “es una cuestión delegada en el secretario” y que en otras licitaciones anteriores “se había actuado de la misma manera”. Asimismo, ha explicado que el presidente solía valorar en último lugar, algo que considera normal: “No me sorprendería que hubiera valorado el último, porque era la práctica habitual”.
Sobre los rumores que rodearon la licitación, ha indicado que se trata de algo “recurrente” en el Departamento. “El rumor de Belate sonó más fuerte por la trascendencia de la obra, pero desgraciadamente los rumores conviven con nosotros. Yo desde hace mucho tiempo no hago caso, porque muchas veces ni se corresponden”, ha añadido.
Respecto a la conversación con el presidente de la mesa, Jesús Polo, ha explicado que éste le comentó de pasada que había tenido una mala experiencia profesional con una empresa —que formaba parte de una UTE con Mariezcurrena— y que “era mejor que no saliera adjudicataria”. Ansorena ha señalado que no dio importancia a ese comentario ni influyó en su trabajo, ya que su deber era “valorar exclusivamente las ofertas”. “Me dijo que había tenido una mala experiencia con una empresa y que era mejor que no saliera. Yo le respondí que era su opinión y que me iba a dedicar a valorar las empresas. No iba a alterar mi valoración en absoluto”, ha afirmado.
El vocal también ha relatado que, al revisar la documentación administrativa, le llamó la atención la presencia de algunas empresas desconocidas, entre ellas Servinabar, que acudió en UTE con Acciona, finalmente adjudicataria. “Busqué información en Google y vi que era una empresa emergente que había trabajado en el Archivo General y en el Navarra Arena”, ha dicho.
Finalmente, Ansorena ha insistido en que su prioridad fue garantizar la integridad de su propia puntuación y ha reiterado que no le corresponde “poner en duda la profesionalidad de nadie”. “Mi preocupación era asegurarme de que mi puntuación estuviese intacta”, ha concluido.
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