La prensa diestra no teme al Iglesias feroz. Al revés, hacen cola para torear dialécticamente al casi ya exvicepresidente segundo del gobierno español. Se malician que ahora se les ha puesto de cara el partido de verdad. "El próximo 4 de mayo los madrileños nos jugamos la libertad frente al comunismo, y la única forma segura de cortar el paso al podemita es concentrar todo el voto liberal en la única candidata capaz de salir victoriosa del trance; es decir, Díaz Ayuso", arenga a las masas Isabel San Sebastián. Y por si no se ha captado la idea, repite: "O gana la lideresa popular con una mayoría lo suficientemente holgada como para formar un Ejecutivo de progreso y bienestar, o se impone el fundador de Podemos y convierte a la locomotora de España en una réplica a escala de la Venezuela chavista".

Por ahí hiperventila también el exministro afinador Jorge Fernández Díez, que en un alarde de originalidad titula su pieza con el latiguillo de rigor: "Ahora comunismo o libertad". De entre las líneas tecleadas, basta destacar dos: "Lo malo es que si gobierna esta izquierda, será el comunismo encarnado en Pablo Iglesias quien habrá triunfado en Madrid y España frente a la libertad".

Más de lo mismo en Libertad Digital, con la firma de Javier Somalo: "Hay un enemigo claro, clarísimo. Así que el 4 de mayo hay que votar con 14 mascarillas superpuestas o vestido de buzo o por correo, porque, como diría su camarada la vicepresidenta Calvo, nos va la vida en ello. Ahora sí".

Casi un calco de lo que escribe Cristian Campos en El Español: "Con Iglesias entre los candidatos a la presidencia de Madrid, el lema de Ayuso "socialismo o libertad" adquiere un nuevo significado. Ahora, el eslogan no es ya una hipérbole. Es inquietantemente real". En el mismo medio, el dirigido por Pedrojota, el editorialista advierte a Iglesias de que podría salir trasquilado: "El Partido Popular tiene ahora la palanca que le permitirá movilizar el voto centrista contra el líder de Podemos, ese populista que atemoriza Madrid y que, queriendo ser la novia en la boda, podría acabar siendo el muerto en el entierro".

De vuelta a ABC, el editorialista avisa a sus navegantes de la que se avecina: "Reaparecerán el Iglesias más destructivo y el pancartero incombustible de cacerola y cal viva. Su objetivo es convulsionar la calle, recuperar la amenaza de una 'alerta antifascista' y generar una agitación radicalizada. Su estado natural es la barricada, el guerracivilismo incendiario".

Esa viene a ser la idea que desliza en El Mundo Jorge Bustos. Volvemos al 36: "El guerrillero de Galapagar recalienta su plato favorito, que es ese cuento tan bonito de la guerra civil que su papá le contaba una y otra vez. Se ve como Durruti marchando sobre un Madrid bombardeado por Ortega Smith".

Macho alfa, tardoadolescente, Superman

En todo caso, como decimos, no parece haber gran temor. Incluso hay quien se lo toma a choteo, como la columnera de Vozpópuli Guadalupe Sánchez: "El macho alfa acude raudo a salvar a las mujeres madrileñas de las garras del heteropatriarcado. Aunque me da a mí en la nariz que muchas mujeres de Madrid no van a ser tan dóciles como las de Unidas Podemos a la hora de aceptar la tutela de los morados".

También Francisco Marhuenda tira por la chacota, aunque entreverada de bilis: "No hay duda de que Iglesias tiene un alto concepto de sí mismo. Ese amor eterno e incondicional hace que se considere una especie de Superman de la política que todo lo puede. Es una consecuencia de su concepción mesiánica y de un narcisismo característico de los líderes comunistas".

Con parecida vocación psiquiátrica, Luis Ventoso nos regala su perfil del aspirante a la presidencia de la comunidad de Madrid: "De temperamento tardoadolescente, lo que le va es apalancarse a ver series y partidos de baloncesto, soplarse unos quintos, subir chorradas epatantes a Twitter, divagar sobre el 'asalto a los cielos'... Pero carece de conocimiento y disciplina para gobernar". Habrá que verlo.