Frustrado alcalde reelecto de Barcelona: Parece mentira, con los años que lleva en política, que todavía se sorprenda por las puñaladas traperas como la que recibió cuando ya se veía aupado de nuevo a la máxima magistratura municipal.

Me divirtió su cabreo estratosférico al saber del triple trirabuzón ideológico que lo descabalgó del cargo. No puedo decir, sin embargo, que me saliera de ojo. Los tipos más finos y educados como usted suelen ser proclives a esas expresiones explosivas cuando les revientan sus planes. Más me asombró, si quiere que le diga la verdad, el descomunal enfado de los mismos que hace cuatro días lo acusaban de corrupto del 3 por ciento e independentista mingafría. El procés hiberna, pero los procesistas de salón ahí siguen.