Por lo civil o lo criminal 

A ver quién se atreve a hacer un pronóstico a un mes exacto de las intempestivas (Raúl del Pozo dixit) elecciones generales. La intuición, el estómago, un porrón de encuestas y el precedente del 28 de mayo apuntan a victoria holgada del PP, aunque con necesidad de Vox para consumar la reconquista de Moncloa. Demasiado bonito para ser verdad, debería estar alertando algún Pepito Grillo en Génova. Porque si es verdad que todo pintaba fantásticamente bien la noche del recuento, la inopinada convocatoria de generales adelantadas por parte del jugador de riesgo Sánchez Castejón cambió el tablero. De entrada, quedó sentado que el tipo estaba dispuesto a jugarse el todo por el todo (incluyendo perder el oropel de la presidencia europea de la UE) por revalidar su estancia en Moncloa. Aquí mismo escribimos que era un “de perdidos, al río” de manual, y la estrategia posterior del todavía nominalmente presidente del Gobierno español ha requeteconfirmado la percepción. Con el cuchillo entre los dientes y pasando un kilo de las malas caras de sus cabreados barones locales, el tipo va a por la remontada por lo civil o lo criminal.

Vender motos 

A cinco semanas escasas del momento de la verdad, nada hace indicar que sus acciones directas sean capaces de encauzar el resultado. De momento, su estrategia está consistiendo en dejarse entrevistar hasta por el lucero del alba —adversarios declarados incluidos— siempre esforzándose en colocar dos motos. La primera, de carril, que nos amenaza una ola reaccionaria del copón y pico. La segunda, que todos los males achacables a su gobierno le son completamente ajenos y/o discutibles. Empezando por lo segundo, Sánchez jura que EH Bildu le ha convalidado menos decretos que el PP. Es una de esas verdades que, sin dejar de serlo, insultan la inteligencia de quienes llevan toda la legislatura viendo cómo la coalición soberanista vende a sus parroquia los logros arrancados en chopecientas negociaciones. Y eso incluye, oh sí, el traslado a cárceles vascas de todos los presos de ETA.

Errores del PP 

El otro mensaje repetido por Sánchez desayuno, comida y cena es uno que roza la ruindad: los peores males achacables a su gobierno son responsabilidad del ministerio de Igualdad o, personalizando, de su titular, Irene Montero, a la que han defenestrado hasta quienes teóricamente van a representar en las urnas sus ideas. La posibilidad de remontada o, como poco, de reducir significativamente distancias, parece que reside en el cúmulo de errores que no deja de cometer el Partido Popular.