pamplona - La última vez que Álex Mariñelarena se subió a una moto de velocidad en un circuito fue el 27 de febrero, en el trazado francés de Paul Ricard. El accidente que sufrió aquel día, y que le llevó a permanecer casi una semana en coma inducido, truncó de un zarpazo su sueño de disputar un Mundial completo de motociclismo. Un objetivo por el que tanto había peleado y por el que tantos sacrificios había realizado desde los 14 años.
Ahora, y tras casi ocho meses de dura rehabilitación, el piloto de Irurtzun está dispuesto a volver. Espera que a finales de este mes le den de alta en la Clínica Universidad de Navarra, donde se ha ido recuperando de sus fracturas y del fuerte golpe que recibió en la cabeza, que le provocó problemas de equilibrio. Una vez ocurra -y aunque seguirá sometiéndose a revisiones médicas- no duda en querer subirse de nuevo a una moto, sentir la adrenalina de la competición y prolongar su sueño.
El corredor del Tech3 es consciente de que las puertas del Mundial, al menos de momento, se le han cerrado. De ahí que sus miras estén puestas en el Campeonato de España de Velocidad (CEV), donde se forjó como piloto en Moto2. “Quiero tratar de recuperar el nivel en el que me encontraba antes del accidente, hacer entrenamientos y volver a través del CEV, que es donde tengo que hacerlo. Aquí veré cómo me encuentro, me valoraré y veré si es posible dar el salto de nuevo al Mundial”, asegura.
Sin embargo, Mariñelarena sabe que no lo tendrá fácil. Volver a la moto requiere disponer de un buen equipo y material para competir y completar buenos resultados. Y es aquí donde al irurtzundarra, único piloto navarro que ha llegado a ser contratado para disputar un Mundial completo de motos, le gustaría tener un respaldo de su tierra. Al igual que otros pilotos de elite como el cántabro Román Ra-mos o el aragonés Pedro Rodríguez, por no hablar de los catalanes, a Mariñelarena le gustaría sentir el apoyo de las instituciones forales en forma, por ejemplo, de patrocinio. Una ayuda que le facilitaría subirse de nuevo a una moto para competir y que le permitiría seguir llevando el nombre de Navarra por los circuitos. “Me gustaría tener la misma suerte, el mismo apoyo que me ayude en mi carrera y estar orgulloso que desde tu provincia te echen una mano”, subraya.
un duro camino Mariñelarena recuerda que siempre ha contado con el apoyo y sacrificio de sus padres e incluso de sus abuelos y tíos en su camino de piloto. El proyecto del Tú eliges, tú decides de la extinta Can le ayudó a participar en su día en la Kawasaki Ninja Cup. Y aquel año, a finales de 2010, tuvo la suerte de que una nueva estructura impulsada en Aragón por su actual representante, Raúl Millán, dueño de CNS Motosport, le permitió introducirse en el CEV. Álex se fue a vivir a Zaragoza y se siente sumamente agradecido por ese respaldo en la comunidad vecina. Sin embargo, como él dice, “yo me considero un piloto navarro y para mí iba a suponer una motivación extra el sentirme apoyado desde aquí, por parte del Gobierno, y que ellos formaran parte de este empujón para volver a participar de nuevo en el CEV, que es mi objetivo principal”.
El piloto, de 22 años, entiende que cuando “estás compitiendo en un campeonato pequeño es difícil conseguir el respaldo, ya que te estás consolidando. Pero, a partir de ahora, me gustaría sentirme valorado desde aquí y agradecer al Gobierno de Navarra, a través de Deporte y Juventud o así, el apoyo de su parte. Todos los pilotos, al final, dependen de su entorno para progresar”, sostiene.
Para retomar el camino, Mariñelarena necesita en primer lugar una moto de características similares a lo que se usa en Moto2. Entrenar con un modelo denominado Honda CBR. “He tenido dos de estas, pero las he tenido que liquidar por temas económicos. Ahora me planteo empezar a practicar con una moto de esas características para recuperar el nivel y hablar con ciertos equipos en el CEV para hacer alguna prueba e intentar volver. No se me ha olvidado andar en moto. A diario me esfuerzo por tratar de recuperar mi forma física y encontrarme fuerte para subir de nuevo a una”, advierte Mariñelarena, quien sabe que al principio le costará, pero si algo le sobra al joven piloto es fuerza y ganas de superarse. “Estoy en fase de querer olvidar el accidente, de seguir avanzando y he tenido la suerte de que no me ha afectado a nivel cognitivo, aunque sí deportivo, porque he sufrido un gran parón en mi carrera. Ahora lo que quiero es tener la oportunidad de continuar con lo que estaba haciendo y, para eso, necesito apoyo”, incide.