pamplona - Con tan solo 18 primaveras, Irati Etxarri (Pamplona, 26 de julio de 1996) afronta su primera temporada en el Lacturale Araski de Primera Femenina con una ambición propia de una jugadora joven, dispuesta a aprender, competir y trabajar para sellar su estilo en las canchas de baloncesto. La alero navarra rememora sus inicios en basket en el Polideportivo de Mendillorri donde comenzaron a darse las primeras citas entre ella, el balón y el aro.

¿Cómo recuerda sus inicios en el baloncesto?

-Antes de conocer el baloncesto hacía gimnasia rítmica. En algún recreo de la ikastola jugué por primera vez al basket, me gustó y fui a donde mi padre a decirle que me gustaría jugar al baloncesto. Él me levó al Polideportivo de Mendillorri, en el que había entrenamientos sin competición. Ahí fue donde di mis primeros pasos.

¿Cómo se definiría como jugadora?

-Creo que soy bastante polivalente. Tengo capacidad para amoldarme a las diferentes situaciones del juego y eso es lo que una jugadora debería buscar, ya que si solo te centras en una situación concreta del juego, las circunstancias te pueden llevar a otra y no sabes como llevarla a cabo. Soy muy trabajadora y exigente conmigo misma.

¿Cómo se dio la oportunidad de recalar en el Lacturale Araski?

-Llevaba tiempo dándome cuenta de que podía competir en un nivel superior y para ello tenía que cambiar de equipo y provincia. La entrenadora del equipo, Madelén Urieta, ya se había puesto en contacto conmigo un año antes de que llegas el momento de fichar por el Lacturale Araski. Tenía en mente venir a Vitoria y venir a este club.

¿Cómo ha sido el cambio a una nueva ciudad y un nuevo equipo?

-El hecho de tener que salir de casa no me ha costado tanto porque al final con la selección te acostumbras a viajar y a estar fuera de casa, lejos de la familia. No me ha costado tanto. Además Vitoria está a una hora de Pamplona, la distancia no es para tanto. Haciendo referencia a la categoría, si que me ha costado más adaptarme. Pasar de un Primera Nacional a un Liga Femenina es un salto muy grande, pero estoy contenta con la decisión que he tomado.

¿Qué significa para usted estar desde muy joven en las categorías inferiores de la selección española de baloncesto?

-Es un orgullo para mí y para mis familiares y amigos. Sé que ellos sienten lo mismo que yo. Desde pequeña han creído en mí y eso es también lo que me ha hecho creer a mí. Cuando era pequeña no era consciente del nivel que podía llegar a alcanzar jugando al baloncesto, pero luego vas a la selección, siguen contando contigo, juegas minutos y ves que confían en ti, eso te hace tener más seguridad en una misma y creer que puedes conseguir algo muy bonito y que tienes la capacidad para hacerlo.

¿Qué siente cuando le catalogan como una joven promesa?

-Lo primero que pienso es que tengo una gran responsabilidad. Pienso que esta en mi mano llegar a ello y creo que soy capaz de alcanzar un gran nivel. Puede pasar que llegue un momento en el que te estanques, pero creo que si sigo trabajando y todo sigue como debe seguir, ojalá que puedan tener razón los que me catalogan como joven promesa.

¿Cual es su referente en el baloncesto de elite?

-Desde pequeña me ha gustado mucho Alba Torrens. Juego en la misma posición que ella y me gusta su estilo de juego. Realmente, hasta hace poco, no veía mucho baloncesto. Ahora veo más partidos, sobre todo de mi liga, ves que es importante aprender y darte cuenta como juegan el resto de jugadoras.

¿Cómo ha sido el recibimiento por parte del vestuario y cuerpo técnico?

-Ha sido muy bueno. Todo el mundo puede esperarse que sea un club muy profesional. Aquí la gente sigue yendo a trabajar y viniendo a entrenar. En mi caso yo estoy estudiando y entrenando. Las jugadoras no viven de esto y saben que su vida no depende del baloncesto y esto te hace sentirte como en casa, al final es un entorno cercano, que es de donde yo vengo. Ver que mis compañeras también tienen otras responsabilidades, como las tengo yo me hace sentirme más cómoda. Además hemos hecho muy buena relación y estoy muy a gusto con ellas.

¿Cómo lleva el compaginar la carrera de INEF con los entrenamientos?

-La verdad es que lo llevo con costumbre. Después de pasar segundo de bachiller, que fue muy duro, en la universidad estoy más tranquila. Estoy estudiando lo que me gusta y eso al final se nota, lo coges con más ánimo y se hace más llevadero.

¿Qué se aprende en el día a día de las jugadoras más veteranas?

-Aprendes de ellas la capacidad de visión que tienen del juego y no solo eso, también la habilidad para interpretar y saber moverse dentro de las circunstancias que puede haber en un encuentro. Al final en el baloncesto transcurren muchas acciones en poco tiempo y tienes que tener mucha capacidad de reacción a la hora de leer la defensa y saber cómo atacar al rival. Me sorprendido bastante, pero yo misma ya noto que voy progresando en estos aspectos.

¿Qué objetivos se plantea a corto plazo?

-El Mundial U-19 de Italia. Es mi objetivo principal. Me gustaría ir y poder hacer un buen papel, quedarme contenta con lo que he hecho y terminar la temporada de buena manera. Terminar esta campaña con un buen mundial sería algo soñado.

¿Cómo se ve dentro de unos años?

-Lo primero que me planteo es seguir progresando y si puede ser en Liga Femenina, cada vez teniendo más minutos y sintiéndome importante pues mucho mejor. En el Lacturale Araski puedo combinar la carrera con el baloncesto y estoy cerca de casa, por lo que me veo aquí durante unos años. Además estamos en muy buena posición, por lo que espero que logremos la permanencia.