La judoca Marta Arce consiguió la cuarta medalla paralímpica de su carrera tras adjudicarse el combate por el bronce en la categoría de -57 kilos J2 de los Juegos, un éxito que le llega doce años después, tras una larga travesía con varios amagos de retirada y como madre de familia numerosa. La vallisoletana, abanderada en la Ceremonia de Inauguración, volvió a saborear la alegría de estar en un podio paralímpico, y lo hizo por primera vez acompañada de su marido y sus tres hijos, Kenji, Issei y Yumi, por lo que fue doble para esta veterana judoca.
Arce, de 47 años, decidió dejarlo tras Londres 2012, donde sumó un bronce, para poder dedicarse más a una vida familiar, pero no se desvinculó del judo nunca. Tras no estar en Río 2016, se reenganchó en Tokio, aunque allí perdió el combate por el bronce.
Pero no fue así. Arce fue capaz de volver a dar marcha atrás a su decisión inicial y regresó al ‘tatami’, donde una vez más siguiendo siendo competitiva. Se clasificó para Paris 2024 y en el Champs-de-Mars Arena no desaprovechó su oportunidad para sumar un nuevo éxito a las platas logradas en Atenas 2004 (-57 kg) y en Pekín 2008 (-63 kg) y el bronce en Londres 2012 (-63 kg) y evitar que el judo se marchase de vacío de la capital francesa.
Por otro lado, la pareja formada por Martín de la Puente y Dani Caverzaschi derribó ayer un muro histórico para el tenis en silla español al conquistar la medalla de bronce en la competición de dobles en los Juegos Paralímpicos de París.
El gallego y el madrileño lograron un hito para su deporte, que nunca había ganado un metal paralímpico en su historia tras remontar e imponerse a los franceses Stéphane Houdet y Frederic Cattaneo por 4-6, 6-4 y 10/5 en una Suzanne-Lenglen, la segunda pista de Roland Garros, que lo dio todo por llevar en volandas a los suyos.
El tenis en silla nunca había estado tan lejos en unos Juegos Paralímpicos y en un escenario majestuoso, lugar de muchos recuerdos y éxitos deportivos, pudo por fin romper su techo.