Naiara Irigoyen (28 años) ha tenido un año repleto de gloria en el kilómetro vertical, coronándolo con un campeonato mundial en Desafío Urbión, en Soria. La burladesa irrumpió en la meta y se llevó la primera prueba de las tres que se disputarán. Su pareja, Alain Santamaría, también quedó en primer lugar en la prueba masculina. Esta hazaña no hace sino acrecentar en el panorama internacional el nombre de la navarra, que logró el año pasado ser campeona de Europa en su disciplina, y ni siquiera las lesiones han podido frenarla.
¿En qué consiste la disciplina de kilómetro vertical en las carreras de montaña?
Es una modalidad que consiste en unos cuatro o cinco kilómetros de recorrido en los que se ascienden mil metros más o menos. La carrera se termina en la cima de la montaña. La bajada no es cronometrada y la hace cada uno a su ritmo. Con respecto a otras modalidades, la diferencia es que esta sí termina todo en la cima, ya que en otras disciplinas los recorridos son cerrados, y se empieza y se acaba en el mismo sitio. En estas carreras no hay desnivel negativo.
¿Lo ve más complicado que en otras carreras?
Depende de cada prueba. A mí me gusta mucho subir, pero como no tengo mucha experiencia las bajadas me cuestan algo más. Por lo general es una disciplina menos conocida y no llama tanto la atención como otras.
¿Qué se siente al ser campeona mundial?
Sigo sin asimilarlo, he vuelto ahora a mi vida normal y estoy un poco aterrizando aún. Es a lo máximo que se puede aspirar en mi categoría y estoy muy contenta, nunca lo hubiera imaginado cuando empecé a correr. Era más un hobby que otra cosa, para liberarme un poco, y nunca esperé un resultado así. He recibido muchos mensajes de apoyo, me hace creérmelo más, además la gente sabe el trabajo que le he dedicado y todo lo que he pasado para llegar hasta aquí.
¿Es más especial al compartir primer puesto con su pareja?
Es indescriptible. La división masculina salía veinte minutos antes que nosotras, entonces me enteré de su victoria casi a media carrera. El hecho de quedar los dos primeros es muy especial, subiéndonos al podio al mismo tiempo. Es algo que recordaremos para toda la vida. Fue una motivación extra.
¿Cómo se ven en perspectiva todos sus éxitos de este año?
Pues la verdad que ha sido un año, una locura de año. En un principio no pensaba tener un calendario tan lleno de carreras, pero bueno, surgió la oportunidad de hacer dos circuitos internacionales, que son los que estoy haciendo, de las Golden y las Skyrunning. También he tenido siempre el apoyo de mi pareja, Alain, porque corremos las mismas carreras, los viajes los podemos hacer juntos y nos ha tocado movernos mucho. Participamos en carreras muy diferentes, muy especiales. Al final no solo es la carrera, es el viaje, es la gente que conocemos, los sitios... Y los resultados la verdad es que han sido muy buenos. Es verdad que en verano tuve una lesión y yo creo que ha sido de cargar demasiado el calendario y de hacer demasiadas carreras. De todo se aprende, y para el año que viene tendré que estar un poco más relajada.
¿Cómo compagina todo ese ritmo de carreras con el trabajo?
Pues es muy complicado. Yo soy ingeniera industrial y estoy trabajando en un centro de control de energías renovables. Además trabajo a turnos, entonces yo tengo siete días seguidos donde alterno entre mañanas, tardes, noches... Algunos fines de semana trabajo también. Entonces es muy complicado tener días libres para poder viajar y, sobre todo, para descansar. Al final el trabajo te quita tiempo de descanso, que es algo fundamental.
¿Qué suele hacer en sus descansos?
Bueno, pues sobre todo el dormir es lo que me faltaría, igual un poco más cuando me toca trabajar. En los descansos me gusta ser muy activa, entonces al descanso yo muchas veces le llamo a ir a la piscina, relajarme un poco, nadar suave o simplemente dar algún paseo o estar sentada en el sofá. Al final para eso siempre es lo que menos tiempo tengo y también se necesita.
¿Siempre se dedicó a las carreras o hizo algún deporte antes?
Desde muy pequeña yo hacía natación, es algo que estuve haciendo hasta la universidad. Yo hice Ingeniería Industrial. Me encantaba ir a nadar, pero por tema de horarios, que era por la tarde y me coincidían las clases, pues tuve que dejarlo. Al final la natación es exigente, y entrenar sola es muy difícil.
¿Y luego pasó a las carreras de montaña?
Más o menos. Yo iba al lado del río a correr, más que nada para liberarme un poco del estrés de los estudios. Luego empecé a correr por el monte con un grupo, y ahí es cuando comencé a coger soltura, me atrevía incluso a ir sola y fui probando cosas nuevas, y pasé a correr por las montañas.
¿Y de ahí a campeona del mundo?
Sí, todo esto está siendo súper especial y muy inesperado. Algo que empezó como un hobby se ha convertido en una parte muy importante de mi vida y que me ha traído muchas alegrías y me ha permitido conocer a gente maravillosa.
¿Cómo prepara las competiciones?
Es difícil porque cada carrera es distinta. Tienes que tener en cuenta los terrenos, los recorridos… Yo intento hacer dos o tres días de entrenamiento por montaña y luego intento alternar. A raíz de la lesión necesitaba entrenamientos de menos impacto y le estoy cogiendo mucho gusto a la bici, para meter entrenamientos de mayor volumen. Además, es importante hacer dos días específicos de fuerza.
¿Qué recomienda a la gente que quiera empezar en este deporte?
Sobre todo, que les guste, que no se marquen ningún objetivo. El deporte es para sentirse bien con uno mismo y eso es lo más importante. Las carreras de montaña son muy agradecidas, porque puedes ir en grupo, solo, te permite conocer muchos sitios… El ambiente que hay en la montaña o en los pueblos organizadores es un lujo. Además, es para todos los públicos, y eso es lo que más me gusta. La montaña no está cerrada para nadie. Vas corriendo y ves a todo tipo de gente, de todas las edades, y es muy bonito. Tenemos la suerte en la zona norte que tenemos mucha montaña y de muchos tipos, entonces puedes empezar más suave y luego ya meterle kilómetros.
¿Qué retos le quedan ya por afrontar?
Me quedan dos circuitos. Por un lado, está el de carreras internacionales de la federación de montaña, que me queda la final. Luego están las Golden Race Series, que es un circuito privado y de mucho renombre, y la final es en octubre. Como he estado lesionada no he podido meter todo el entrenamiento que hubiera querido, pero la idea es llegar a esas dos carreras y plantear un poco mejor el año que viene para descansar y hacerlo bien.
¿Cuáles son sus planes de futuro?
Me gustaría conseguir un patrocinador externo que me apoyase, tanto a mí como a mi pareja, y poder dedicarnos los dos a entrenar y centrarnos en esto, y ver hasta dónde podemos llegar dedicándonos exclusivamente a entrenar. Queremos estar a tope con este proyecto.