WASHINGTON. "Cuando tienes una situación en la que una facción está dispuesta a incumplir potencialmente las obligaciones del Gobierno de EEUU, estamos en problemas", dijo Obama en una entrevista con la cadena CNBC.
"Creo que (en Wall Street) deberían estar preocupados" por el cierre del Gobierno y la proximidad de una nueva crisis sobre la deuda, aseguró el mandatario.
Obama se reunió hoy en la Casa Blanca con más de una decena de banqueros de Wall Street, a quienes advirtió de que el ala más conservadora de los republicanos, el Tea Party, está "dispuesta" a permitir que no se aumente el techo de la deuda antes del próximo 17 de octubre, cuando según el Tesoro se alcanza el límite permitido.
"Y si están dispuestos a hacerlo ahora, estarán dispuestos a hacerlo más tarde", agregó.
Afirmó que "Wall Street y los empresarios de todo el país pueden tener una influencia" para evitar que eso ocurra, y que es "importante que reconozcan que esto va a tener un profundo impacto en la economía, en sus empleados y sus accionistas a no ser que veamos otra actitud de parte de esa facción en el Congreso".
"Voy a hablar con cualquier líder empresarial y con cualquier compañía estadounidense sobre por qué esto es importante", prometió.
"Muchas veces, desde fuera de Washington, estas cosas se ven como la disputa de siempre, en la que ambos lados actúan como niños mimados. Ésta no es una de esas situaciones", aseveró.
Pese a ese énfasis en el papel de Wall Street, Obama reconoció que "tiende a no tomar decisiones en función del mercado de valores" y que lo que más estudiará de aquí al 17 de octubre será el impacto que la crisis fiscal puede tener "en los ciudadanos de clase media".
Obama descartó además que el cierre del Gobierno esté afectando a la búsqueda de un relevo para la anunciada salida del presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, a comienzos de 2014.
"Ben Bernanke sigue allí, y está haciendo un buen trabajo. Y este es uno de los nombramientos más importantes que hago, aparte de los puestos en el Tribunal Supremo. Así que no, el cierre del Gobierno no está retrasando el proceso de selección", indicó.
SIN AVANCES La reunión entre el presidente de EE.UU., Barack Obama, y los líderes republicanos y demócratas del Congreso concluyó hoy sin avances claros para poner fin a la paralización de la Administración que el país vive desde el martes.
Tras casi 90 minutos de reunión en la Casa Blanca, el presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., el republicano John Boehner, fue el primero en salir de la residencia presidencial y aseguró que los demócratas "no están dispuestos a negociar".
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, afirmó poco después que Boehner no ha querido aceptar una propuesta para negociar un presupuesto a largo plazo, y señaló que su partido "no se moverá" en su reivindicación de que el debate no se vincule a la reforma sanitaria.
Boehner describió el encuentro, el primero mantenido en la Casa Blanca desde que empezó la crisis que ha conducido al cierre de la Administración, como "agradable y educado".
"Pero en algún momento vamos a tener que permitir que el proceso avance", subrayó. "Que nos sentemos y tengamos una conversación seria sobre cómo resolver las diferencias".
El líder republicano aseguró que su partido ha remitido cuatro propuestas al Senado y que todas ellas han sido rechazadas, y lamentó que los demócratas no acepten la posibilidad de convocar un comité de conciliación, que reuniría a miembros de ambas cámaras para negociar.
Reid replicó que ha ofrecido a Boehner convocar ese comité si él accede a reabrir antes la Administración, con el fin de que el comité se centre en aprobar un presupuesto a largo plazo "y negociar sobre gastos, sanidad" y todo lo que los republicanos quieran plantear.
"Y me responde que sólo quiere aprobar un presupuesto a corto plazo, cuando tenemos el problema del techo de la deuda a la vuelta de la esquina. Creía que él estaba preocupado por los asuntos fiscales permanentes de este país. Pero parece que mi amigo Boehner no puede aceptar un 'sí' por respuesta", señaló Reid.
Al problema del cierre del Gobierno se suma el riesgo de que EE.UU. entre en suspensión de pagos por primera vez en su historia, algo que ocurrirá si el Congreso no autoriza aumentar el techo de la deuda antes del próximo 17 de octubre.
La líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Nancy Pelosi, alertó a la salida de la reunión de que es "necesario cerrar el tema del techo de la deuda", porque es "verdaderamente peligroso".
"Un cierre del Gobierno es malo, pero la combinación de las dos cosas sería más que catastrófica", indicó Pelosi.
La congresista aseguró que hoy acudió a Boehner con los votos suficientes para apoyar una resolución con el fin de seguir financiando el Gobierno que imponga un techo de gasto de 988.000 millones de dólares, algo que, afirmó, "la mayoría de demócratas rechazan" por considerarlo demasiado bajo, pero el líder republicano no lo aceptó.
"Si no aceptan un 'sí' por respuesta, sólo puedo concluir que querían el cierre del Gobierno", apuntó Pelosi.
Según Reid, Obama se mostró "muy fuerte, fuerte, fuerte" en la reunión, a la que asistieron además el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, y el vicepresidente, Joe Biden.
"Todo esto está centrado en (la reforma sanitaria) Obamacare. Pero no vamos a movernos respecto a Obamacare", aseveró Reid.