pamplona. El equipo de gobierno de UPN ha decidido unilateralmente colocar una estatua con la figura de el anterior papa, Juan Pablo II, en la rotonda de la avenida con el mismo nombre en el nuevo barrio de Lezkairu. Esta figura será similar a una ubicada en la ciudad polaca de Torun, y se colocará "en señal de la amistad que une a ambas ciudades y con motivo de la candidatura conjunta a la capitalidad europea de la cultura 2016". La estatua, obra del escultor polaco Stanislaw Radawski, que ha cedido los derechos de reproducción de molde al Ayuntamiento, tendrá tres metros de altura y presenta "una visión sencilla del papa". La obra será financiada en su totalidad por el arzobispado de Pamplona, y el Ayuntamiento deberá otorgar los permisos para que se coloque en dicha rotonda.

reacciones Todos los grupos de la oposición se mostraron disconformes con esta decisión del equipo de gobierno. Desde el PSN criticaron que no se haya consensuado con el resto de grupos y se mostraron contrarios a la instalación de la figura porque, tal y como informó su portavoz Maite Esporrín, "más allá de criterios urbanísticos y estéticos, supone un precedente discutible, máxime al tratarse de un personaje cuya trayectoria, legado y reconocimiento no suscita el consenso social deseable". "Deberíamos de aprender del pasado y dejar de colocar figuras políticas o religiosas en la ciudad, por las sensibilidades que se puedan herir ahora y en el futuro", apuntó Maite Esporrín. Por parte de NaBai, Isabel Aranburu calificó de "bochornoso" que sea "lo único que se le ocurra a UPN para dar fuerza a la candidatura de 2016". "Es una falta de imaginación tremenda y no estamos de acuerdo con su colocación porque estamos en un estado aconfesional", afirmó Aranburu, quien añadió que, debido a la sorpresa que supuso la presentación de la maqueta en la Comisión de Asuntos Ciudadanos, están pendientes de "ver el proyecto y pensarlo mejor para hacer una valoración más profunda". Mariné Pueyo, de ANV, también hizo referencia a la aconfesionalidad y consideró que la colocación de este estatua no tiene "justificación social ni cultural". "Una vez más, UPN utiliza la ciudad como si fuera su cortijo particular para poner en las calles de todos connotaciones exclusivas de una religión excluyendo a las demás", valoró Pueyo.

La única concejal de la oposición que mostró apoyo fue Cristina Sanz (PP), que alabó la propuesta ya que considera que la colocación de dicha escultura es "una respuesta al clamor y al sentir popular de la inmensa mayoría de los pamploneses". "Creemos que ya va siendo hora de que algunos aparquen un anticlericalismo que está más que trasnochado en pleno siglo XXI, y no podemos entender que se participe en un desayuno de oración con Obama y a la vez no se sea respetuoso con la religión que profesa la inmensa mayoría de españoles", apuntó Cristina Sanz.