PAMPLONA. La apertura del quiosco se acompañará esta tarde de una degustación de estos productos, entre los que se cuentan con algunos tan comunes en el consumo infantil como las gominolas, patatas fritas, palomitas de maíz, pastas y refrescos, a los que se espera unir en breve helados, todos ellos de origen ecológico certificado.
Según ha señalado a Efe el responsable del Área de Jardinería y Agenda 21 del Ayuntamiento de Noáin, Mikel Baztán, este espacio se llama "Lorenea" y será gestionado por la Fundación Varazdin, entidad sin ánimo de lucro con experiencia tanto en integración laboral como en el terreno de los productos ecológicos.
Además de gestionar el kiosko, Varazdin se ocupará del resto de actividades de divulgación de la sostenibilidad este espacio, como son la oficina de jardinería y la Agenda 21 o el centro de interpretación de la Jardinería Ecológica, con visitas guiadas, especialmente para escolares, y la previsión a partir de este otoño de realizar cursos, charlas y exposiiones.
El ahorro y la eficiencia energética, las energías renovables, la bioconstrucción, la jardinería ecológica o las plantas medicinales son algunos de los asuntos que centrarán estas actividades.
Todo ello está relacionado con la labor que en el centro realizan desde hace 14 años, una jardinería ecológica, con sustancias naturales, que recibe numerosas visitas guiadas, especialmente al Parque de los Sentidos.
A todo ello se unirá desde hoy el kiosko ecológico, una terraza donde se ofrecerán "bebidas, refrescos y picoteo, con especial importancia a las chucherías para los niños, ya que son de origen ecológico. La intención es ir creando cultura, informando de que ofrecemos productos absolutamente sanos, certificados y que no solamente van a cuidar la salud del que los come sino la salud y el empleo de quien los produce".
Así, Baztán ha defendido que la producción de estos alimentos conlleva creación de empleo así como cuidado del medioambiente.
"En Navarra creo que será pionero en la venta de productos ecológicos cien por cien, ya que en otros sitios venden ecológico además de productos convencionales".
En cuanto a la diferencia a la hora de consumir estas chucherías, ha advertido que se nota en la estética, ya que "no tienen los colores tan brillantes, porque los colorantes son naturales. Tampoco tienen unos sabores tan superdulces como las chucherías convencionales y su dulzor es algo más moderado porque llevan edulcorantes naturales".
A cambio, ofrecen "otras virtudes: Su calidad ecológica, de productos de primera calidad, y que no tienen aditivos artificiales que sí están presentes en el resto de chucherías".