si uno recompone la historia del cine en Pamplona percibirá que de ser una actividad cultural casi ineludible, por ser la oferta lúdica principal, ha pasado a ser una más con cada vez más competidores y con un precio (siete euros la entrada) que un amplio sector de la población considera abusivo. También el aspecto físico y la ubicación ha cambiado. La mayoría de los cines céntricos han desaparecido y en la actualidad se ubican, algunos, a las afueras de Pamplona incorporados en un centro comercial, como La Morea. De esos edificios que han recogido la vida pamplonesa de muchas generaciones, y que ahora son edificios de apartamentos, están abandonados o son centros comerciales, hablamos.

primeros años

Del Euskal Jai al Teatro Gayarre

"Cuando llegó a Pamplona, el cine era un espectáculo de barraca de feria. En un barracón se proyectaban las películas. Más adelante, se alquilaron unos locales en la calle Navas de Tolosa, pero todavía no tenía la categoría suficiente para ocupar un espacio en la programación del teatro principal de la ciudad, el Teatro Gayarre", explicó Alberto Cañada, coordinador de la filmoteca navarra y autor de varios libros sobre el cine en Navarra. Conforme pasa el tiempo, va teniendo más aceptación. Así, en el frontón Euskal Jai tienen lugar los primeros ensayos de películas parlantes. "Fue un invento del pamplonés Ignacio Coyne, afincado en Zaragoza, en el que se sincronizaba la imagen con un fonógrafo", señaló. La primera sesión de cine en Navarra es en el teatro principal en octubre de 1896 (en 1903 cambiaría la denominación por Teatro Gayarre). Se instaló un aparato que emite imágenes animadas, programas muy cortos. Y no fue hasta 1912 cuando se comenzó a proyectar películas en el Teatro Gayarre de forma regular. El 5 de abril de 1930 se proyecta la primera película sonora en Pamplona. Es un programa compuesto por varias películas: revista sonora Paramount, cuentos infantiles y la película Broadway Scandals.

años 40, 50 y 60

El cine, espectáculo y negocio

En la década de los 40 en Pamplona hay seis cines: El Teatro Gayarre, ubicado en Carlos III, Coliseo Olimpia, en calle San Ignacio 5, Novedades, en la calle San Agustín, Príncipe de Viana, en la calle García Castañón, 6, cine Avenida, en la calle Estella y cine Alcázar, se accedía desde la plaza del Vínculo. "De la empresa Erroz y San Martín nace SAIDE (Sociedad Anónima Inmobiliaria de Espectáculos) que se encargó de gestionar la programación de los seis cines". Comienzan a desarrollarse, en los años 50, cines de barrio, y aparecen el cine Amaya en la Rochapea, cine Chantrea en la Chantrea o el cine Guelbenzu en la Milagrosa, entre muchos otros. "Era la alternativa de ocio más accesible, no existía la televisión todavía y la gente no tenía vehículo. El espectáculo del cine comienza a constituirse en un negocio seguro y con capacidad para convocar a un numeroso público (a comienzos de los años 60 acudían casi cinco millones de personas al cine en Pamplona cada año)", apuntó Cañada. En esa misma época, aparece el cine Aitor (1964), en la calle Sangüesa, cuyo propietario es Carmelo Echavarren que también gestionó, cinco años después, el cine parroquial Mikael (en la actualidad es la parroquia San Miguel). "Junto a la competencia creada entre Echavarren y Saide, aparece un tercer propietario de cines, Cayo Escudero, que construyó los cines Iturrama (1981), en la calle Iñigo Arista, 17", subrayó Cañada. Entre los cines se establecieron categorías: los que estrenaban películas (el Teatro Gayarre, Príncipe de Viana, Coliseo Olimpia y Rex) y los que no, o solo como excepción (el Alcázar y el Avenida).

AÑos 70

Declive y aparición del multicine

En los años 70, empieza el declive del séptimo arte. Se cierran muchos de los cines de barrio y los propietarios se ven obligados a ofrecer nuevas fórmulas. Algunos cines se reconvierten, el Novedades cambia su denominación por el cine Arrieta (con una mejor acústica y más capacidad) y se generaliza el cinemascope (una pantalla más grande, con una proporción de un metro de alto por dos metros y medio de ancho). Se proyectan películas más espectaculares como El coloso en llamas (1974) y aparece el multicine. "En Pamplona, el Príncipe de Viana se convierten en tres salas y Golem Baiona e Iturrama nacen como multicines", afirmó.

EN LA ACTUALIDAD

Incorporados a centros comerciales

La mayoría se han reconvertido en un espacio habilitado para usos comerciales. Otros permanecen en desuso a pesar de haber tenido ofertas de centros comerciales, como el Iturrama. En otros casos, como en el Teatro Gayarre, se ha dejado de proyectar películas. Aunque la emoción, al apagar las luces, sobrevive.