josé maría Gárate era un crío cuando entró a trabajar en Tejería Iturralde. Había cumplido solo 15 años y tuvo que aprender a manejarse entre arcilla. Ni él ni sus compañeros imaginaban entonces que los ladrillos que fabricaban iban a convertirse en el sostén de una explosión de bonanza que después iba a derrumbarse arrastrándolos a todos. Hace unos días, la empresa, creada en 1842 y ahogada por la crisis y la falta de salida del stock acumulado, tomó la decisión de plantear 14 despidos, cuatro suspensiones de contrato y una reducción para los 22 empleados que actualmente tiene la planta en Tudela. No es un cierre oficial, pero sí su antesala, con un cese de la actividad productiva que pone sobre la mesa la angustia de una plantilla cuyas edades oscilan entre los 42 y los 60 años.
con lo mínimo
"Mi única cualificación son 23 años en esta empresa"
José Antonio Madurga (58 años) ha estado en la tejería 27 años. "Imagínate cómo veo el futuro con mi edad. Le doy vueltas y vueltas a la cabeza, menos mal que mi mujer me anima y me da mucha moral. No sé cómo vamos a aguantar el tirón", se plantea. Lo cierto es que tanto él como el resto de los despedidos se irán a su casa con la mínima indemnización posible, 20 días por año trabajado, limitados a las 12 mensualidades que marca la ley. Isidoro Salvatierra (60 años y 27 en la empresa) no se explica qué está pasando: "Hemos sido casi modélicos trabajando, como una familia. El trabajo no lo vamos a recuperar, pero qué menos que haber buscado soluciones más dignas. Entendemos lo mal que está todo, pero cuando hubo que hacer un esfuerzo con el ERE y hemos estado cobrando un 70%, lo hicimos. ¿No merecemos algo más?", se pregunta.
A su lado, Marcos Nievas (42 años) es consciente de que desde los 18 años no se ha dedicado a otra cosa que a una máquina apiladora de ladrillo. Ahora, se enfrenta a un futuro laboral muy crudo. "Han sido 23 años. Mi experiencia es mi única cualificación. Después de tanto tiempo, salgo de aquí con dos duros", se lamenta.
Detrás de cada rostro en la concentración que mantiene la plantilla en la puerta de la empresa, antes de entrar a una reunión en la que son conscientes que van a lograr pocos cambios, se esconde el temor por lo que queda por llegar. Pedro Martínez (52 años) es el empleado que menos tiempo llevaba en la tejería. Aún así, ha estado 12 años en plantilla. "Tengo dos hijos pequeños y mi mujer no trabaja. ¿Qué quieres que te cuente? Mal", resume.
el crack
"43 años trabajando y me faltan 4 para la jubilación"
La situación de Tejería Iturralde de Tudela refleja como un espejo el relato de la crisis, tras la explosión de la burbuja inmobiliaria. El ladrillo, erigido en lingote de oro de la última década, hizo que los hornos no se apagaran prácticamente nunca. "Recuerdo que fue a raíz de los Juegos Olímpicos del 92, no parábamos, ni en vacaciones, se fabricaba durante los tres turnos", comenta Salvatierra. Luego, el mercado dio la vuelta. "Entiendo su postura, está la fábrica llena de ladrillo, no hay obras, pero esperábamos una salida digna. No sabemos hacer otra cosa que esto. Sólo sabemos trabajar. Puedo decir que esta plantilla va a ir con la cabeza muy alta por la calle, aunque nos dejen con una mano delante y otra detrás, sin ni siquiera una explicación o una posibilidad de diálogo", afirma.
José María Gárate, el veterano, lanza una verdad que escuece: "Llevo 43 años trabajando aquí y contando el paro, todavía me quedan cuatro para llegar a la jubilación. Así son las normas. Me he criado aquí. Tanto las empresas como las leyes deberían entender que somos personas y no máquinas".
la demanda de ela
Qué dirá el Gobierno de Navarra
El sindicato ELA, al que está afiliada casi toda la plantilla, trabaja a contrarreloj para conseguir algo más y minimizar el impacto de los despidos. Juantxo Gil se dirige directamente al Gobierno de Navarra: "El expediente se presentó el día 8 y la nueva reforma laboral entró en vigor el día 11. Éste puede ser uno de los últimos ERE que requieran autorización administrativa del departamento de Trabajo del Gobierno de Navarra. ¿Por qué van a apostar? ¿Por la destrucción de más empleo o por alternativas que ahora están en su mano decidir?"