Doneztebe. La plaza de la parroquia de Doneztebe, con las autoridades civiles presididas por el alcalde Miguel San Miguel y el juez Pedro Bañares en los soportales, y decenas de vecinos a su alrededor, acogió el tradicional y espectacular baile de la bandera a cargo del joven Eduardo Almandoz, que ofició de síndico por décimo año, en el que es de largo el más emocionante minuto de las fiestas de San Pedro Apóstol. El vuelo de la enseña municipal y la interpretación del Trapatan, volvieron a poner el corazón en un puño a los vecinos que festejaron a su patrón según es costumbre.

Los actos se iniciaron con la misa que celebró el párroco Mikel Biain y cantó de forma espléndida la coral Mendi Abesbatza. Luego, la plazoleta se llenó a rebosar para el acto más relevante y carismático de los festejos locales. En apenas un minuto, el tiempo que dura la ceremonia folklórica y simbólica en honor de autoridades y pueblo, el síndico ejerció con maestría y pulso firme, e hizo demostración de la potencia de sus brazos y su juego de cintura para ser reconocido con una ovación entusiasta.

Con posterioridad, las mujeres encabezaron el grupo de dantzaris en el paseo de saludo, para finalizar uniéndose a los mozos para interpretar juntos el típico Trapatan, una preciosa dantza luze autóctona de la villa, que había desaparecido y fue felizmente recuperada para que se pueda seguir disfrutando con su llamativa vistosidad y elegancia. Y al final, autoridades y pueblo volvieron a la Casa Consistorial a devolver la bandera que desde su mástil preside la fiesta.