Uterga vive mirando al Perdón. El pequeño pueblo de la Merindad de Pamplona lleva un invierno duro y ajetreado. Una veintena de temblores han sacudido a la población. Algunos ni se han notado, pero otros sí que han levantado cierta inquietud entre la población de esta localidad y de otras colindantes.

Uterga amaneció ayer nevado. El panorama parecía idílico, todo lo que rodeaba al pueblo estaba blanco por la incesante caída de nieve durante estos días, pero los habitantes de la localidad hablan de otras cosas. Terremoto, movimiento sísmico o corrimiento de tierras son los temas que abarcan las conversaciones de esta localidad de apenas 200habitantes.

La mayoría están viviendo estos movimientos con tranquilidad, incluso se han dado cuentos de pocos, el resto "por la prensa", pero sí que existe cierta inquietud porque puedan seguir reproduciéndose y, sobre todo, que aumenten su nivel de magnitud. El terremoto de 1982 está muy presente en la mente de muchos, como en la José Joaquín Jiménez, quien se pone "muy nervioso" solo con recordarlo. "Esta vez ni me había enterado, solo sé lo que sale en la prensa, pero solo de pensar en el año 82 me pongo histérico, aquello fue terrible", cuenta el vecino de la localidad.

Los movimientos a los que se refiere Jiménez fueron los que ocurrieron entre el 22 de mayo, con sus réplicas entres el 23 y el 25 de junio, de 1982. Por aquel entonces hubo diversos terremotos que llegaron a alcanzar los cinco grados en la escala Ritcher. En el pueblo no hay quien no lo recuerde. Hubo grietas, tejas rotas y, sobre todo, bastante miedo. De momento, ninguno de los terremotos ni se ha acercado, ni de lejos, a las cifras de aquellos.

Los vecinos hablan, en los breves corrillos que permite la nieve que no para de caer, sobre el tema. Alguno se pregunta qué pueden hacer. "Estamos un poco prevenidos no vaya a ser que venga uno un poco más grande, pero tampoco podemos hacer mucho más", explica Fermín Erice, otro de los vecinos de la localidad. Incluso varias fuentes del Ayuntamiento contaron a este periódico que se habían puesto en contacto con geólogos para que les explicasen qué estaba ocurriendo y si había riesgo de que creciese la intensidad de próximos movimientos que tenga la tierra.

Lo cierto es que preocupa más la incertidumbre de que crezcan que los ya ocurridos. "A veces estás en casa y notas en las lámparas que se mueven, pero este año ni eso, lo que nos preocupa es que siga creciendo y las causas de por qué pasa esto", cuenta Ángel Suescun, otro lugareño de Uterga.

Durante el día de ayer no se produjo ni un terremoto en la zona, por lo que los vecinos tuvieron una jornada de respiro, aunque alguno se resigna. "Claro que me preocupa, pero qué le vamos a hacer. Hay años que no hay ninguno y otros que toca como éste, en el que hay bastantes pero pequeños. Particularmente yo me he enterado solo el que fue a las 9.30 horas el pasado sábado. Lo sentí un poco, pero tampoco mucho", comenta Jiménez. "Son un ruido seco, como un boom. Ya está. Años anteriores hubo pero no es normal que haya tantos, aquí mínimo hemos notado unos 10 ó 12 temblores", apostilla Erice. En otras localidades colindantes se ha sentido menos, pero en Uterga son vecinos de los terremotos.