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Uztegi Corazón y aire de Vasconia, pura vida

el pueblo navarro, lugar de gran belleza del valle de araitz, luce un cuidado caserío y una singular iglesiA

Uztegi Corazón y aire de Vasconia, pura vida

Uztegi es belleza e inspiración y, así, pura vida. El pueblo navarro, junto a su vecino Gaintza, es el eje que circunda por poniente el paraíso de las Malloas (1.431 m. altura máx.), a su vez cumbres vertebradoras de Aralar. Y ejerce de corazón de estos escarpados picos y del valle de Araitz: Malloetako eta Araizko bailararen bihotza. Diría más, quizá es el lugar del origen de los vascos; el lugar de la eclosión de tierra y hombre que se expandió para crear la tierra de los vascos, euskal herria con minúsculas. En minúscula porque por entonces no existían ni atributos regios ni cruces ni colores por enseñas y naciones. Uztegi, el centro y la fuente esencial de Vasconia. El deshielo y las abundantes precipitaciones de los últimos días de enero ayudan a dibujar la alegoría: La cascada que amaestra las nerviosas aguas regateadoras de raíces de hayas y robles de los altos, collados y laderas de las Malloas Aldaon y Beoin, salta casi cien metros, colosal, espectacular y elegante, nutriendo de pureza, como una aorta novicia y perpetua, a Uztegi. Desde este la savia se distribuye inclinada hacia Arribe y Atallu.

Mas este lugar, como muchos otros de la Navarra actual o la otrora Nafarroa osoa, no hubieran encontrado su plenitud si no es por la actuación de sus pobladores, gentes, hombres y mujeres, nobles, recias y laboriosas. Un perfecto arquetipo es Juan José Goikoetxea Otamendi, natural y vecino de Uztegi y de 88 años de edad. Juan José, con galanía, apego y cierta picardía, ejerce de cicerone, siendo uno de los mejores depositarios de la historia de este pueblo. Hombres de Navarra, como Juan José y como también el tudelano José Pepito Aquerreta, que falleció en las mismas horas de sentir y escribir este Uztegi, han sido y son padres con mayúsculas; currelas sin descanso, comerciantes ingeniosos ante los hueros canastos familiares y generosos en el amor para poblar con abundante descendencia sus propias cunas. Bien yendo a por harina a Artajona o a por tomates a Utebo y jugándosela al escondite con variados estraperlos. Cierto y pena es también que algunos, como el llorado Juan Luis Ordorika, fallecido en 2009 en sus queridas Malloak, no pudieron terminar de enraizar como el talludo fresno de la entrada de Obra etxea y completar su ciclo natural.

Uztegi, hermoso lugar y orgullo de lengua y cultura euskaldún que sedujo al cineasta Pedro Olea para filmar allí la película Akelarre (1984).

Ahora Uztegi (310 m.) tiene 56 habitantes. Su caserío está muy bien cuidado y su actividad económica es básicamente agropecuaria. Ya no se trabajan y deslizan por cable las hierbas de las pendientes del monte Balerdi, pero la ganadería caballar, vacuna y ovina sigue teniendo gran importancia. Varios jóvenes de Uztegi producen con los sistemas más modernos Antsoneko gazta (DO Idiazábal), queso extraordinario de ovejas latxas que acumula ya varios premios por su calidad (Antsonea baserria, 948513468 y www.antsonea.com). Una tan ardua como hermosa ocupación que, además, enriquece la vida y colabora en el equilibrio medioambiental del valle de Araitz.

iglesia de la asunción Además del ingente patrimonio natural y humano, Uztegi posee otros tesoros como su caserío (casas, caseríos y bordas, conservadas o rehabilitadas con el bello estilo del valle) y, como guinda, la iglesia de la Asunción. El entramado, que conforman la iglesia, sacristía, entrada y la casa parroquial, destaca desde kilómetros de distancia. La iglesia es medieval (siglo XIII). Tiene planta de cruz latina con nave de tres tramos y cabecera recta. La protogótica bóveda de la nave es de medio cañón apuntado. Destaca el precioso retablo de finales del Manierismo (1620), obra de Pedro de Zabala, una bonita virgen sedente con el niño (s. XIII), una aguabenditera (s. XVI) y una fina cruz procesional de plata.

Recordando a Iñaki Ochoa de Olza (también a Juan Luis Ordorika), viene a la mente un zortziko o la jota que canta: en los montes de Navarra (de Uztegi, de Vasconia y del mundo entero) tengo plantada una flor, y el aire que la bambolea... es pura vida y siento su olor.