Alsasua - El ser humano siempre ha soñado con volar como un pájaro, un sueño que Baiza Parapente Taldea hace realidad cuando las condiciones meteorológicas acompañan. Con el fin de acercar esta experiencia a la gente del valle, ha organizado una fiesta este sábado cargada de sorpresas para todo aquel sienta curiosidad por este deporte. Además, los más valientes podrán volar.
Este club toma el nombre de Baiza, a 1.183 metros, el punto más alto en la vertiente septentrional de la sierra de Urbasa. Situado entre Bakaiku y Etxarri Aranatz, fue el primer lugar de Sakana en que se empezó a volar. Entonces se necesitaban más pendientes. Y es que el parapente ha evolucionado mucho desde que en 1983 tres paracaidistas franceses aumentaron la superficie de sus aparatos para lograr más resistencia y capacidad de planeación.
Baiza se fundó a finales de los años 80, aunque a principios de esta década se formó Hegaz Taldea, de la mano de un grupo de aficionados al alta delta. La mayoría se pasaron al parapente, que necesitaba menos medios. Bastaba con tener una colina o un monte cerca y tirarse al vacío para planear.
En aquel grupo estaban Jokin Aranburu y José Mari Larrión, de Alsasua, así como los hermanos Patxi y Santi López, de Iturmendi, cuatro sakandarras que continúan surcando el cielo. Después se unieron muchos más, como Mª José Aseginolaza, Iaio Arratibel, Aitor Gartzia y Urko Toledo, entre otros. En la actualidad son una treintena, la mayoría de Sakana. aunque también hay guipuzcoanos. Los ocho destacan la sensación de paz que sienten cuando vuelan, a lo que hay que unir las impresionantes vistas que disfrutan. "Sakana está rodeada de tres parques naturales", apuntan. Asimismo, ponen el foco en que es un deporte que se realiza en grupo y la importancia de compartir experiencias.
Desde Baiza afirman que el parapente no es peligroso: "Es un deporte que hay que aprender progresivamente. Se empieza volando en biplaza y el siguiente paso es hacer un curso de iniciación, donde se aprenderán los fundamentos básicos del vuelo como el inflado del parapente, el despegue y aterrizaje", señalan. No obstante, apuntan que "es mejor estar en el suelo queriendo volar, que estar en el aire queriendo bajar".
ZONAS DE VUELO Entre los muchos recursos naturales con los que cuenta Sakana están dos zonas privilegiadas para la práctica del parapente. Por un lado, San Miguel de Aralar, con un desnivel de 750 metros. Tiene un despegue orientación sur-sureste, a la izquierda del aparcamiento. En el caso de que el viento sea suroeste, el despegue se encuentra en la parte trasera del santuario.
El aterrizaje es entre Uharte Arakil e Irañeta, donde hay varias campas a los lados de la pista de cemento que une estas dos localidades. Al respecto, desde Baiza precisan que tienen especial cuidado de pisar lo menos posible cuando la hierba está alta para no afectar a su posterior siega y recogida. Asimismo, evitan tomar tierra donde hay ganado pastando.
"Es un vuelo principalmente térmico. En verano es posible conseguir mucha altura para disfrutar de vistas espectaculares de las sierras de Aralar, Andia y Urbasa. En invierno, con días de atmósfera limpia, se disfruta de una preciosa panorámica del Pirineo occidental", opinan.
La otra área de vuelo es Santa Marina (1.064 m), con orientación norte y un desnivel de 450 metros. Si bien el acceso es restringido, el club cuenta con autorización para transitar por dicha pista. Desde Iturmendi, en 45 minutos se llega hasta la ermita, donde está el lugar de despegue. El aterrizaje se realiza entre Iturmendi y Bakaiku, ya que allí hay amplias campas. "Es un vuelo en termoladera, con muchas posibilidades de recorrer en un trayecto de idea y vuelta toda la sierra de Urbasa hasta Alsasua. A la altura del puerto, si se cuenta con suficiente altura, es posible continuar por Olazti y Ziordia para acabar aterrizando en la Llanada alavesa e incluso en la sierra de Opakua-Iturrieta", explican.
PROGRAMA Este sábado, las inscripciones se harán a partir de las 9.00 horas en el restaurante Il Padrino de Alsasua. Una hora después se irá a Iturmendi, el centro de operaciones, que podrán cambiar en función del viento. También habrá almuerzo y charlas introductorias al vuelo en parapente dirigidas al público en general. La fiesta continuará en Il Padrino, con un concierto de Cabbage City Rockers. Después, cena de despedida en este mismo lugar, en la que se realizará un sorteo de regalos donados por los patrocinadores.