pamplona - En este momento, 10 gatos en el Centro de Atención a Animales y más de 15 en las casas particulares de las impulsoras de Katx Felinos Navarra son los que esperan para ser adoptados por una familia. Sin embargo, este número cambia cada día, y es que “nunca sabes cuándo vas a encontrar algún gato en la calle”, cuenta Almudena Narváez, de la asociación.
Katx Felinos nació el pasado mes de octubre impulsada por Marina López y Almudena Narváez, aunque cuenta con la ayuda incondicional de Georgia Gascón, Javier Pegito, Jenni Azpilicueta y Livia DiPietro. El papel de la asociación consiste en actuar en varios ámbitos, desde la recogida hasta la adopción, y es que se encargan de recoger gatos, pasar a visitar todos los sábados a los del Centro de Atención de Animales, llevar a los enfermos o recién cogidos al veterinario y buscarles un hogar. Mientras ese hogar llega, a falta de un local donde poder mantenerlos, sus propias casas se convierten en el lugar de acogida.
A pesar de ser gatos recogidos, a veces de la calle, todos tienen una historia. Esta figura en las fichas colocadas fuera de las jaulas, en las que se especifica su nombre, sexo, fecha aproximada de nacimiento y un comentario sobre su carácter. No obstante, también en la página de Facebook Katx difusión felina Navarra se recogen las fotos de los gatos con sus respectivos datos y el resumen de su situación.
El proceso de adopción de un gato a través de Katx Felinos no es demasiado complicado. En primer lugar es necesario rellenar un cuestionario (forma de vida de quien adopta, dónde va a vivir el gato, aspectos sobre la esterilización...) y entregarlo a las chicas. Después, ellas se encargan de llevar el gato al hogar de acogida para hacérselo más fácil tanto al animal como a la familia. Por último, se firma un contrato y el compromiso de esterilización a partir de 7 meses para los bebés. Además, abonar 60 euros por adulto y 30 euros por cachorro.
Si algo dificulta la labor de Katx Felinos es la falta de espacio, ya que no disponen de un local donde tratar a los animales. Así, sus hogares pasan a ser el lugar en el que atienden a los gatos hasta que son adoptados. “Lo que pedimos es que en vez de ponernos trabas, nos faciliten el trabajo. Es inviable acoger a todos los animales en las casas por la falta de espacio”, cuenta López.
La financiación de la asociación también es muchas veces un problema, pues no disponen de subvenciones. “La manera que tenemos de pagar a los veterinarios y poder comprar leche para los bebés es recaudando en teaming, donde contamos ya con 92 personas que donan un euro al mes”. Con esta pequeña cantidad, las chicas consiguen hacer frente a parte de los gastos que ocasionan los felinos, pero “no llegamos a todo, necesitamos mayor involucración”, afirman desde la asociación.