pamplona - Pese a que el último Cipotegato tuvo lugar un miércoles, la plaza y el recorrido donde se celebró esta fiesta de Tarazona fue uno de los más multitudinarios de los celebrados los últimos años. “La plaza estaba llenísima”, apunta Gorka Dallo, pamplonés de 21 años que el pasado miércoles se convirtió en el protagonista de este evento. “Yo he nacido en Pamplona pero llevo toda la vida viviendo en Tarazona, me crié aquí. Mis padres vinieron hace 25 años por motivos laborales y el día de fiestas son unos turiasonienses más”, señala Dallo.
Este turiasonense con raíces navarras afirmó no habérselo creído cuando resultó ganador en la rifa que se hace para la elección del Cipotegato, ya que “salí elegido por sorteo el año pasado, entre unas 150 personas. Y el que sale elegido ese año es el suplente, así tienes un año para prepararte. Tuve mucha suerte porque fue la primera vez que me presentaba”, expresa Dallo. “Hay gente que lleva 15 años presentándose y no le toca”, añade.
Este joven fue, además, uno de los Cipotegatos más jóvenes. “Normalmente no te toca a la primera vez que te presentas, así que el elegido suele tener más años. Con 21 años eres muy joven”, subraya este vecino de Tarazona.
Pese a saber esta asignación desde hace un año, la incertidumbre recorrió el pueblo durante todos estos meses, ya que “la identidad del ganador no se hace pública hasta que termina el recorrido; entonces te quitas la máscara y se desvela el ganador del sorteo, quién es el Cipotegato”, explica este joven pamplonés.
Con respecto al momento en el que fue consciente de que él sería el próximo Cipotegato, Dallo expone que estuvo “muy contento, a los primeros que se lo conté fue a mis padres, que al principio no se lo creían. Yo tampoco, porque cuando sales elegido se publica el número y no el nombre. Además, ésta era la primera vez que me presentaba”.
Aunque fuera secreto, Gorka decidió confesárselo también a algunos de sus amigos más allegados: “A ellos se lo conté porque luego, cuando sales a la plaza, son quienes te ayudan a moverte y te hacen pasillo entre la gente que abarrota la plaza. Así te lo ponen más fácil, ya que hay mucha multitud y yo soy el objetivo, a mí me tiran todos los tomates”, cuenta.
Momentos antes de dar comienzo a las fiestas este navarro explica que “pensaba que iba a haber menos gente pero luego se llenó la plaza, y la salida fue una locura. Aunque sales muy cansado por el agobio y los golpes que te da la gente”, explicó Gorka.
Historia Esta fiesta es la más conocida de Tarazona (Zaragoza), municipio que limita con Navarra. Esta tradición fue declarada de interés turístico regional en 1998 y de interés turístico nacional en 2009.
El Cipotegato es una figura encapuchada y disfrazada de arlequín que recorre las calles de Tarazona hasta llegar a la plaza principal de esta localidad. Lo particular es que durante todo el recorrido la gente del pueblo le arroja tomates. “Antes, era un personaje que salía en actos religiosos. Se llama así porque iba con una verga fabricada con una vejiga hinchada, aunque ahora no está hecha de ese material. Salía vestido de bufón y los chavales le tiraban tomates, era una fiesta típica para los niños. Ahora ha ido evolucionando, y hace 30 años empezó a ser más popular”, explica el afortunado Cipotegato de este año. Si ahora es una figura que quieren representar muchos jóvenes del pueblo “antes al que era Cipotegato le tenían que pagar porque no quería ser casi nadie, hasta que la gente se animó a salir”, expone Gorka.
Nervios Tantas eran las ganas de que llegara el esperado momento que Dallo incluso llegó a tener algunas pesadilla. “He soñado varias veces con el momento y tuve una pesadilla en la que llovía a mares y la plaza estaba vacía”, explica el Cipotegato de este año. Muy diferente a la realidad donde lució un sol que permitió que la gente se animara a salir a la calle.
A este joven nacido en Pamplona la suerte le sonrió desde el principio ya que cuando se presentó al sorteo, olvidó la papeleta con el número en su casa, a donde tuvo que volver corriendo. “Además, cuando salió mi número un amigo me preguntó cuál era y, para que no supiera que era yo el elegido, le dije otro; sin querer dije el de su hermano, pero no se dio cuenta”, manifiesta.
Y tal es la importancia del papel que le tocó representar que nadie quiso perderse su puesta en escena: “Vinieron familiares míos de Pamplona a verme”, cuenta Dallo, quien recalca que el estar en medio del recorrido, siendo el objetivo de los tomates del pueblo, “es un momento muy emocionante porque llevas un año esperando y estás deseando que llegue el día”.
Con respecto a la gente que le acompañó hasta la plaza principal dice que “la gente te acompaña muy bien, estaban muy animados. Aunque a veces te obstaculizan un poco el paso, todo resultó bien”.
Este recorrido pasa por las zonas principales y emblemáticas de Tarazona, como la vieja Plaza de Toros o la Catedral.