tafalla - La de zahorí es una profesión milenaria no exenta de partidarios y detractores. Y es que por mucho que carezca de estatus científico, lo cierto es que a lo largo de los siglos multitud de agricultores han recurrido a ellos, a quienes se les atribuye “la facultad de descubrir lo que está oculto”, según la Real Academia de la Lengua Española, para localizar manantiales subterráneos con los que regar el campo.

Conocidos también como radiestesistas o rabdomantes, estas personas suelen utilizar tanto varillas (en forma de Y o L) como péndulos para captar, según afirman, radiaciones emitidas por otros cuerpos (flujos magnéticos) que les permiten detectar corrientes de agua a cualquier profundidad.

José Luis Martos García es uno de los zahoríes más conocidos de Tafalla. Propietario de una empresa de reformas, lleva 20 años ejerciendo esta actividad e impartiendo cursos teórico-prácticos sobre la materia en los que se han formado más de 300 personas a nivel estatal. En este tiempo, asegura haber encontrado más de 500 vetas o corrientes de agua subterráneas, algunas de ellas en países como Francia o Perú, aunque también a lo largo y ancho del Estado, como en León (en una plantación de pistachos), en Huesca y, lógicamente, en Navarra.

Su interés por esta práctica ancestral le viene de lejos, desde la infancia, cuando su padre contrató los servicios de un zahorí para buscar agua en el huerto familiar. “Me quedé tan sorprendido cuando vi el movimiento de las varillas que le pregunté cómo lo hacía y él me dijo que tenía un don, pero no me supo explicar más”, recuerda Martos. No conforme con la respuesta, empezó a indagar por su cuenta. “Busqué información y empecé a practicar, pero al principio no obtuve resultados reseñables”, confiesa.

Sin embargo, con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo en todo un especialista cuyo objetivo principal es, precisamente, el de “transmitir el conocimiento que a mí no me supieron dar y sacar a la luz que no es necesario tener un don, sino que por medio de ejercicios todo el mundo puede llegar a ser zahorí”, subraya.

Llegados a este punto, explica que la radiestesia requiere entrenamiento y perseverancia para su dominio total. “Es importante hacer ejercicios de relajación porque se necesita tranquilidad y neutralidad emocional para concentrarse en los objetivos y que no nos confundan las influencias externas. El deporte también es importante porque al fin y al cabo las varillas se mueven a través de movimientos micromusculares”, desvela.

Varillas y péndulos En su caso, combina las varillas elaboradas a partir de una aleación de cobre y latón, las varas de nailon (sustitutivas de las de avellano) y los péndulos (cuanto más pesados mejor), para realizar las búsquedas. Estos últimos se emplean, sobre todo, para buscar agua a través de planos a escala, sin necesidad de trasladarse hasta la finca en cuestión, o para conocer la profundidad y el caudal de la veta. “Se utiliza un protocolo. Primero hay que tener claro el objetivo a buscar. Es importante, también, haber entrenado previamente con los instrumentos. Tenemos que concentrarnos e imaginar el agua. Luego, se hacen acuerdos mentales, es decir, te programas para que cuando localices el objeto que buscas las varillas se muevan. En el caso del agua, captamos la energía de la veta, se generan reacciones micromusculares y las varillas se cierran. No hay explicación científica. Somos transmisores y receptores de energía y nos conectamos con la naturaleza. Esa conexión energética, a nivel de subconsciente, es la que traducimos a través de la radiestesia”, indica.

Con tantos años de experiencia a sus espaldas, Martos asegura haber sido requerido para búsquedas de lo más variopintas: desde objetos perdidos, hasta fugas de conducciones, pasando por personas desaparecidas (esto último lo realiza de forma personalizada y sin ánimo de lucro debido a su gravedad). Hace unas semanas, sin ir más lejos, contactaron con él para dar con un camión de oro del Banco de España, enterrado según el cazatesoros Robert Charroux en una zona pantanosa cerca de Saint-Cyprien (Francia), supuestamente cuando tocaba a su fin la II República . “Localicé una zona, pero estaba tapada por hormigón”, afirma.

Martos, asimismo, realiza estudios a domicilio en los que revisa, con aparatos electrónicos homologados, campos electromagnéticos, ondas de alta frecuencia, wifi, telefonía móvil, vetas de agua, corrientes telúricas, etc. También aconseja sobre cómo hay que orientar el cabecero de la cama. “El Norte es relajante, el Sur es depresivo, el Este revitalizante y el Oeste desvitalizante. Así que las personas nerviosas, deben orientar la cama hacia el Norte”, dice.

Centro multidisciplinar En breve abrirá, en la calle Esquíroz de Pamplona un espacio multidisciplinar, de nombre Tu Spacio, en el que se podrá estudiar radiestesia, meditación o yoga. Actualmente está en proceso de constituirse como asociación. Los interesados, se pueden poner en contacto con Martos a través del teléfono 620 331 476.