unzué - “La mejor herramienta para buscar trufas es, sin lugar a dudas, el perro”. Así de tajante se muestra la adiestradora canina Alejandra Goris Marino, que junto a Itziar Pérez Mascaray lleva cuatro años formando perros truferos en Unzué. Su centro, de 10.000 metros cuadrados, constituye la sede de Educan en Pamplona, siendo en definitiva una de las delegaciones que la empresa tiene distribuidas a nivel estatal.
Entrenados para encontrar la variedad tuber melanosporum (trufa negra), que se ha llegado a denominar “el diamante negro de la cocina” por el precio que alcanza en el mercado, estos perros se valen de su privilegiado olfato para hallar, enterrado en el suelo, este producto no apto para todos los bolsillos. Y es que el kilo de trufa negra ronda los 700 euros.
El adiestramiento de un perro trufero no dista mucho del que lleva a cabo un perro de rescate o un perro policía para detectar explosivos o estupefacientes, dado que en todos los casos “se trabaja la base del olfato”, comenta Goris. La enseñanza “se inicia en pista con cajas, en cuyo interior se esconde la sustancia junto a la comida. Tras días de trabajo y numerosas repeticiones, se retira la comida y se queda la trufa, de tal forma que el perro relaciona la comida con el olor de la trufa” explica. Es tal la asociación de ideas que hacen los canes que, “cuando retiras la comida, el 99% de los perros marcan la trufa”, subraya la adiestradora. “Entonces sacas la comida del bolsillo y premias”, añade. Tras superar este primer obstáculo, los perros deben buscar trufas enterradas en el centro canino, antes de trasladarse al campo trufero en cuestión. En dos o tres meses, “dependiendo de la capacidad del perro”, el entrenamiento habrá finalizado.
“En nuestro caso nos limitamos a sacar perros truferos, no con volumen de trabajo. Que el perro rinda cada día un poco más es labor del amo”, indican. Advierten, no obstante, de que “emplear el olfato cansa mucho, más que si le sacas a correr”. De hecho, “un perro que lleva dos o tres años buscando trufas no tiene el mismo rendimiento que un perro recién iniciado”, desvelan.
En lo concerniente a las razas que se utilizan para buscar trufas, desde Educan recomiendan que no sean perros de caza porque “si están trabajando en un campo trufero y captan el olor de un conejo, por ejemplo, es muy probable que los perros se despisten. No es que no sirvan, sino que siguen su instinto natural que es la caza” resumen. Los perros más manejables son, por su parte, los pastores, los labradores, los Golden, los pastores alemanes o los mestizos. “Además de adiestrar perros, los vendemos y tenemos un servicio de alquiler a disposición del cliente”, publicitan.
Como habituales de la Feria de la Trufa de Orísoain que son, donde llevan realizando exhibiciones tres años, anuncian que si todo marcha según lo previsto sorprenderán al público en futuras ediciones con una cabra trufera, que rivalizará en habilidades con la entrañable jabalina Kotxi. Actualmente en la Valdorba existen alrededor de cinco hectáreas dedicadas a la plantación de trufa, en las que trabajan unas diez personas.
Atención integral Sin embargo, en Educan no se limitan a adiestrar perros truferos. De hecho, se caracterizan por dar una atención integral y muy novedosa a sus clientes (tanto a domicilio como en el propio centro). Prueba de ello es el club de olfato terapéutico que acaban de promover. Dirigido a perros geriátricos o con problemas físicos (que han sufrido roturas de tendones o huesos), este club persigue “mantener la actividad que tenían antes” y , en definitiva, “darles algo de vidilla” a través de actividades encaminadas a agudizar su olfato. El club se reúne todos los sábados de 11.30 a 12.30 horas y acudir cuesta 35 euros al mes.
Asimismo imparten cursos de adaptación para perros que en un corto periodo de tiempo van a tener que afrontar la llegada de un bebé a casa que les va a restar protagonismo. Y es que las mascotas “no entienden cómo de darles todos los caprichos , en 24 horas su vida puede cambiar radicalmente”. Precisamente para evitar que el animal genere ansiedad, estrés o celos, o que la situación desemboque en un abandono, en el peor de los casos, este taller debe impartirse antes o durante el embarazo.
También ofertan cursos de pastoreo deportivo para border collie o pastor vasco en los que se trabaja el “instinto” y el “vínculo con el dueño”. Se imparten dos fines de semana al mes (30 euros mensuales), en un terrero de 4.000 metros cuadrados con ganado y corral de entretenimiento.
Además, Educan imparte talleres de agility, un deporte en el que el perro debe superar obstáculos dispuestos en un circuito (saltos, slalom, túneles o ruedas), o de treibball, en el que el perro debe meter ocho pelotas de pilates en un a portería (desarrolla la misma conducta que en el pastoreo). También oferta excursiones al campo y en piragua (en verano).