A Jaime Ignacio del Burgo
He leído la opinión sobre conde Rodezno y la Guerra Civil del 18 julio de 1936/39 en DIARIO DE NOTICIAS del día 22 de septiembre.
Dice que el Napar Buru Batzar se adhirió al alzamiento. Supongo que tendrá pruebas tangibles para recordar hechos ocurridos hace 79 años.
Expone a Tomás Domínguez de Arévalo, conde Rodezno, se le ha privado del reconocimiento otorgado por otra corporación pamplonesa y que se ha vulnerado gravemente su honor por la prensa abertzale de aquí y de allí, divulgado a los cuatro vientos por su actuación como ministro de Justicia durante la Guerra Civil entre los años 1937 y 1938.
Mis padres adoptivos tenían un familiar que era general y aceptó en 1931 el nuevo Gobierno de España poniéndose a sus órdenes. No tengo datado quien nombró al Conde Rodezno de ministro entre 1937 a 1938, por cierto era natural de Villafranca. El consejo de Guerra eran militares y celebraban los juicios sumarísimos en consejos de guerra y para las penas de muerte debían contar con el visto bueno del general Franco como jefe supremo del ejército y como capitán general. Aquel alzamiento lo aceptó la mayoría del ejército que respetaba al Gobierno republicano poniéndose a sus órdenes encabezado por el capitán general de los tres ejércitos y lo tengo datado por el general Juan que era familiar nuestro. El nuevo Gobierno antidemocrático premió a Tomás Domínguez Arévalo, Conde Rodezno, con el cargo político de vicepresidente de la Diputación de Navarra, el año 1940 y hasta 1945. Yo nacía en la maternidad y orfanato de la Diputación Foral de Navarra el 7 de abril de 1944 de madre soltera. Fui bautizado en la capilla de dicha maternidad el 8 de abril y se me puso por nombre Salvador y por apellido los de Murguia y Oñate que nada tenía que ver con mis apellidos biológicos de Oyarzabal y Malaya.
El vicepresidente de la DFN Tomás Domínguez Arévalo, conde de Rodezno, ordenó que me pusieran el nombre de Salvador. El año 1955 la Diputación de Navarra me dio en adopción, vecinos de Arguedas cambiándome los apellidos por los de Ochoa Pascual. Dependía de la DFN hasta el 16 del 12 del 1954 y padecí durante cerca de 9 años la incultura, la desnutrición y el raquitismo por culpa del político, diputado y vicepresidente Tomás Domínguez Arévalo, Conde de Rodezno. Al otorgarme el nombre de Salvador el día 8 del 4 de 1944, me eliminó de un golpe mi filiación biológica y mi árbol genealógico de cientos de años, dejándome huérfano y expósito para toda mi vida.
Estoy hablando de Tomás Domínguez Arévalo, conde de Rodezno, que todas las semanas se confesaba y comulgaba en la capilla de la Diputación de Navarra desde 1940 a 1945 ya que disponía de un sacerdote funcionario de la misma DFN.
Señor Jaime I. del Burgo, ¿dónde estaba mi honor y dignidad el día 8 de abril de 1944 cuando se me impuso el nombre y los apellidos falsos siendo obligado a depender de la beneficencia desde los años 1944 a 1952? Desde aquel lamentable hecho so y considerado un hijo de nadie para toda la vida siendo un niño inocente de todo. Estoy a favor del cambio de nombre de la plaza Conde Rodezno en Pamplona por haber sido un ser desprecia.
Señor del Burgo, el año 1995 descubrí mi filiación biológica y mi árbol genealógico y tuve la fortuna de conocer en persona a mi madre biológica después de más de 50 años (1944 a 1995) y desapareció aquel pensamiento humano que era recordado en mis cumpleaños y en Navidad.
El día 8 de abril de 1944 lo natural hubiese sido que me bautizaran con los apellido legítimos de Oyarzabal y Macaya como constaba en el libro de bautizos del día 8 de abril de 1944 ya que mi familia biológica no firmó documento alguno de renuncia ante la DFN. Mi familia biológica proceden de Santesteban y Navaz en Juslapeña. Así pues, nací en la montaña y me crié en la ribera. Jaime Ignacio del Burgo, siempre me he considerado navarro y vasco tal y como fue el tenor Julián Gayarre y el jotero Raimundo Lanas, una persona de la Montaña y otra de la Ribera que cantaban “vasconavarro soy del valle roncalés donde la primavera por vez primera vi florecer”.
En los años 1940 al 45 el vicepresidente político coincidió con el militar Amadeo Marco que estaba en Valencia y aceptó ser diputado junto con Tomás Domínguez Arévalo que contribuyeron a derrocar al Gobierno legal de la República y que luego tuvo a la mayoría de los navarro y navarras una actitud deshumanizada en perjuicio de las personas y familias humildes que pasaron durante años hambre y miseria. Nunca jamás perdonaré al Conde de Rodezno. Lo considero un ser despreciable que no tuvo dignidad ni honor. Mi enhorabuena al alcalde Asiron y a los concejales y concejalas que aprueban el cambio de nombre de la plaza Conde Rodezno que está junto al Monumento a los Caídos.
A Jaime Ignacio del Burgo: al conde de Rodezno se le otorgó una calle por otra corporación pamplonesa en una época en la que los concejales y alcaldía tenían la misma ideología derechista que el mismo Conde Rodezno. Por cierto, también en los años 50 el padre de Ignacio del Burgo fue concejal del ayuntamiento de Pamplona, pero ésa es otra historia. Esta es la segunda vez que discrepamos señor del Burgo y desde luego puede contestarme abiertamente.
Más en Navarra
-
¿Cuáles son los barrios más calurosos de Pamplona?
-
Ángel Martín Unzué: “Aoiz se va transformando con el trabajo comunitario y es un pueblo donde merece la pena vivir”
-
Los niños y niñas nacidas en 2024 ya tienen su pañuelico de fiestas de Tafalla
-
Pamplona subvenciona con 118.000 euros a 29 proyectos y actividades de promoción del euskera