Algo se me escapa en las decisiones que toman los ayuntamientos de Tudela con respecto al tráfico. En una esquina de la calle Añón Baigorri en el cruce con la avenida de Zaragoza aparcaban los coches donde estaba prohibido hacerlo y la grúa nunca actuó. Ahora la decisión ha sido, en lugar de corregir, hacer legal lo alegal y se han pintado dos plazas de aparcamiento para que hasta tres coches aparquen en la esquina de una calle por la que, en teoría, debería haber dos carriles de salida de la ciudad y uno ya está inactivo porque se usa para aparcar, generando a veces importantes tapones.

Un tudelano incrédulo